Pasados cuatro días de la manifestación producida en Barcelona en contra de los recortes de la Generalidad en salud y educación, ha sido el propio Consejero de Salud, Boi Ruiz, el que ha defendido su gestión en una entrevista para el diario La Vanguardia.
Las protestas, en la que miles de trabajadores exigían la dimisión de Ruiz, han sido recibidas por el jefe de la patronal hospitalaria como una "malinterpretación de sus palabras" y un error por su parte por no haber pensado antes de hacer declaraciones a los medios de comunicación.
Los motivos de los recortes que baraja el consejero son varios. Por un lado, Ruiz asegura que el recorte "se tiene que hacer porque el dinero no está", y el otro se debe a que "España nos obliga a cumplir y no generar un déficit superior al 1,3% del PIB".
"Hasta ahora sacábamos de la caja lo que necesitábamos, pero el año pasado se pagó parte de los gastos corrientes con la visa. Este año hay menos dinero en la caja y nos han quitado la visa", ha declarado.
Ruiz no ha respondido a la cuestión del cierre de quirófanos ni a la disminución del gasto en medicamentos, pero asegura que el principal impacto sobre la población será en las listas de espera, que deberán alargarse, a la actividad no urgente de los hospitales y también a la proporción de las segundas visitas. A pesar de todo esto afirma que "su prioridad es tranquilizar a la gente".
El plan de ajuste que se presentará oficialmente el 27 de abril no establece que el copago esté entre las medidas de financiación del sistema pero el consejero no cierra completamente las puertas a esta alternativa "una opción que tendría que estar muy justificada".