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La quiebra de Grecia tendrá consecuencias para otros periféricos

"Un default tendrá implicaciones adversas para Grecia y otros emisores soberanos europeos bajo presión", según la agencia Moody´s.

La agencia de calificación crediticia Moody's considera que un impago de la deuda soberana de Grecia tendría implicaciones adversas para otros países de la eurozona, así como para la banca griega, independientemente de los esfuerzos que se realizaran para que se llevara a cabo de manera ordenada. La agencia apunta que el impacto de una suspensión de pagos por parte de Grecia sería "difícil de predecir y de controlar" y afectaría a la solvencia y los 'ratings' de toda Europa.

En este sentido, la calificadora de riesgos señala que "cuanto más tiempo persista la actual incertidumbre sobre Grecia, mayor será la tentación tanto por parte de las autoruidades griegas como de la eurozona de llevar a cabo algún tipo de reestructuración, en otras palabras, una suspensión de pagos", advierte la agencia.

Este default podría asumir, según Moody's, diferentes formas, incluyendo cambios en los términos y condiciones, un reperfilamiento selectivo, así como mediante recompras 'voluntarias' de deuda a gran escala con grandes descuentos, informa Europa Press.

De este modo, la agencia advierte de que en el caso de producirse el impago de Grecia, otros países periféricos de la eurozona se verían afectados, independientemente de la fórmula de default empleada, lo que conllevaría una creciente polarización de los ratings soberanos en Europa, con los países más fuertes conservando las notas altas, y los países más débiles con dificultades para matenerse dentro del grado de inversión.

Atenas pide auxilio

Por su parte, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, afirmó este martes en Atenas que si Grecia no recibe un quinto tramo de ayuda externa por valor de 12.000 millones de euros en junio, el país declarará la bancarrota.

"La verdad es muy difícil y si no recibimos el dinero (del quinto tramo) hacia el 26 de junio nos veremos obligados a cerrar la tienda y declarar la imposibilidad de pagar nuestras obligaciones", dijo el titular en una entrevista exclusiva al canal privado ateniense Skai.

El Gobierno está a la espera de que las medidas de austeridad anunciadas reciban el visto bueno de los expertos que llegan el miércoles a Atenas de la Unión Europea (UE) y el FMI, que otorgaron a Grecia un plan de ayuda trienal de 110.000 millones de euros en 2010. Unas horas antes, el Gobierno griego había decidido avanzar de forma urgente en la adopción de nuevas medidas de austeridad para ahorrar 28.000 millones de euros hasta 2015, informa Efe.

Además, anunció un programa inmediato de privatizaciones de empresas estatales y activos públicos para obtener otros 50.000 millones adicionales de privatizaciones, después de que sus socios de la UE presionasen a Atenas para que aplicase de forma urgente nuevas reformas estructurales y privatizaciones.

Papaconstantínu atribuyó a "una recesión más profunda de lo esperado" que el déficit fiscal de Grecia aumentase en los primeros cuatro meses del año hasta los 7.246 millones de euros, superando los pronósticos en 322 millones de euros de la meta inicial.

El ministro reconoció que para ahorrar se despedirán a empleados públicos con contratos temporales pese a que el Gobierno trató de evitarlo, declarando que ya no se les ha renovado el contrato a 30.000 de ellos y que con las bajas voluntarias hay ya 83.000 públicos menos en el sector público. "Haremos recortes. El Estado no aguanta tener a todos esos organismos estatales", dijo el titular.

Los medios recogen en sus portadas la ola de nuevas medidas con títulos como "Receta de extenuación" en Elefteros Typos, "Tierra y sangre" en Vradini, y "Conmoción y Terror" en Eznos. Papaconstantínu descartó rotundamente que Grecia estudie abandonar el euro. "En este momento, el euro es un puerto protector para nosotros".

Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, tiene previsto reunirse hoy con los líderes de los partidos parlamentarios de la oposición para conseguir la mayor cohesión posible a la hora de aplicar las nuevas medidas. En una reunión ministerial de seis horas, Papandréu presentó ayer un plan de 28.000 millones de euros en recortes de gastos del Estado y medidas adicionales de recaudación de impuestos. El objetivo del Gobierno es reducir el actual déficit del 10,5% del PIB a menos del 3% en 2014 y al 1% en 2015.

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