El secretario de Estado de Energía, Fabrizio Hernández, dijo que el coste de las energías renovables se está reduciendo progresivamente, a pesar de que son más caras aún que las tradicionales, de forma que se espera que en el horizonte de diez años alcancen su madurez y sean competitivas.
Durante unas jornadas organizadas por el IESE y PwC sobre el impacto de la política energética en la competitividad del sector, Hernández indicó que la apuesta por las renovables no es "un lujo" ni tampoco un coste "inasumible".
En este sentido, apuntó que espera que la partida que suponen estas fuentes en el sistema energético se reduzca un 5 % en 2015, mientras que la "prima equivalente", el sobrecoste que significa integrar estas fuentes en el mercado, se reduzcan un 30 % frente al importe actual.
Para los próximos diez años, Hernández confirmó que no parece necesario disponer de más potencia adicional -los cálculos de Industria es que el consumo final de energía aumente tan solo un 0,2 % hasta 2020-, y por tanto construir nuevas plantas térmicas de ciclo combinado, que emplean el gas en la generación de electricidad.
Sin embargo, y debido a la fuerte penetración de las energías renovables, será imprescindible garantizar la disponibilidad de los ciclos, al tiempo que se requerirán modificaciones normativas para incentivarlos, añadió.
Exceso de capacidad
Con respecto al exceso de capacidad de España, el secretario de Estado de Energía subrayó que esta circunstancia no tiene porqué reflejarse necesariamente en unos costes excesivos y añadió que el Ministerio contempla la hibernación, apagado temporal de centrales, para determinadas plantas, especialmente los ciclos combinados.
Agregó que los peajes de acceso, la parte regulada de la tarifa eléctrica, pasarán a suponer menos de la mitad del coste total, frente a los 2/3 que representan en la actualidad, y resaltó que el departamento que dirige Miguel Sebastián trabaja para que estos costes se distribuyan de una forma eficiente en la industria con el fin de evitar su deslocalización.
Por otro lado, Hernández explicó que los pilares de la política energética pasan por garantizar una seguridad de suministro con infraestructuras en un contexto de variaciones de demanda y de desequilibrios geopolíticos a un coste asumible, así como por lograr una sostenibilidad ambiental y social y una competitividad económica.
Además, resaltó una mejora en la asignación eficiente de costes, un marco de apoyo a las renovables adaptado a los objetivos de 2020, en un contexto en el que la demanda de los países desarrollados se reducirá paulatinamente en un plazo estimado de 30 años y se producirá un desequilibrio entre grandes consumidores y productores, informa Efe.
Con respecto a la política nuclear, Hernández dijo que no se van a modificar los planes españoles tras la decisión de Alemania de adelantar a 2022 el cierre de las plantas.