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Cada vez más españoles van a Francia a trabajar en la campaña de la fruta

Entre 4.000 y 5.000 temporeros se han desplazado a trabajar en la campaña de la fruta en el país vecino a consecuencia de la crisis económica.

Entre 4.000 y 5.000 temporeros españoles se han desplazado este año a trabajar en la campaña de la fruta en Francia a consecuencia de la crisis económica y el paro en España.

Según explicó el jueves a Efeagro el secretario de Política Social y de Igualdad de la Federación de la Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT, Jesús Acasuso, desde el sur de Francia, donde está asesorando a los temporeros, este año hay una mayor afluencia de personas que no habían acudido nunca o no lo hacían desde hacía años y que ahora regresan desplazados por la crisis de la construcción.

Acasuso señaló que este año han aumentado los temporeros españoles que se han marchado a Francia, entre un 10% y un 12%, para recoger fresas, cerezas y frutos de hueso, como melocotón, nectarina, albaricoque, ciruela, o para realizar el "aclareo" del manzano, limpiar ramas y desprender pequeños frutos para facilitar el desarrollo de la futura producción.

En su mayoría, un 90% proceden de Andalucía, especialmente de las provincias de Granada, Jaén, Cádiz y Córdoba, mientras que una minoría se desplaza desde otras comunidades como la Valenciana o la Región de Murcia.

Según detalló, los efectivos procedentes de España ya se incrementaron en 1.500 personas en la última vendimia, hasta 14.000, tendencia que se repite ahora durante la campaña de fruta, iniciada ya, pero que se prolongará durante las próximas semanas.

Entre los casos más llamativos, comentó que en el Pirineo Oriental hay más de 500 personas que han acudido desde la localidad gaditana Alcalá del Valle, un "pueblo blanco" al que, según detalló, no ha llegado el turismo rural y que históricamente se relaciona con procesos de emigración por la falta de empleo en la zona.

Los trabajadores españoles encuentran en Francia un sueldo de 9 euros la hora, frente a los 6-7 de España, a los que se suman compensaciones de entre el 25% y el 50% por horas extras, así como ayudas familiares que pueden elevar ciertas nóminas hasta 1.800 euros al mes, que contrasta con los 800 ó 900 euros que ganarían en España.

Subrayó que la mentalidad del empresario francés es que a un trabajador -como el español- que acude al campo galo tras viajar cientos de kilómetros hay que asegurarle una continuidad laboral frente a lo que ocurre en España, donde puede darse el caso de que inmigrantes contratados en origen no trabajen más de una o dos horas por motivos de producción y sólo cobren unos euros cada día.

A su juicio, es una incongruencia que España haya recurrido algunos años a contratar hasta 70.000 temporeros en origen de otros países, al mismo tiempo que 23.000 jornaleros locales se marchaban a Francia, Holanda, Bélgica o Alemania.

Son muchos los españoles a quienes no compensa trabajar en campañas como la fresa de Huelva, los invernaderos de Almería o el tomate murciano porque los salarios pueden llegar a ser muy bajos y, en algunos casos, no motivan a un temporero nacional que cobre un subsidio a aceptarlos, indicó.

Preguntado sobre las posibles repercusiones sobre el empleo de los temporeros españoles en Francia por la crisis del "E. coli", destacó que confía en que no haya grandes problemas de pérdidas de empleo, sobre todo porque muchas de estas producciones frutícolas se dirigen al propio mercado galo, población que las aprecia mucho y las seguirá comprando, y no tanto a la exportación.

Un equipo de trabajo FITAG -UGT se desplazó a visitar a los trabajadores que acuden a la campaña de la fruta en Francia, como tradicionalmente hace cada año, para ofrecer información y asesoramiento y comprobar sus condiciones de trabajo.

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