Alta velocidad y tecnología punta. Conecta las dos ciudades más importantes de China, en tan sólo cinco horas (la mitad de lo que se tardaba antes), puede superar los 300 km/h, ofrece bebida y comida para los pasajeros que viajen en "business" o en primera, cuenta con enchufes individuales para conectar el portátil y todo tipo de comodidades que parece que no han sido suficientes para los viajeros chinos que no han tenido cubiertas todas sus necesidades.
El nuevo tren de alta velocidad Pekín-Shanghái fue inaugurado el pasado jueves, se trata de la línea de alta velocidad más larga del mundo y ha supuesto una inversión de inversión de 220.000 millones de yuanes (23.458 millones de euros).
Pero ni el sistema ferroviario más avanzado del planeta puede librarse de las incidencias y es que en tan sólo cinco días de su estreno el "AVE chino" ya ha registrado sus primeros retrasos. Sería lógico pensar que los problemas técnicos han aflorado en un tren que ha sido construido en un tiempo record, pero lo cierto es que ha sido el "mono" de los fumadores el que ha generado los problemas de puntualidad.
A pesar de que el nuevo tren bala une los 1.318 kilómetros que separan a las dos grandes ciudades exactamente en 4 horas y 48 minutos, sus viajeros no han podido esperar a llegar a su destino para encenderse un cigarrillo y han elegido el baño del tren como su lugar favorito para saltarse la Ley china que prohíbe (como esta establecido en la mayoría de los países del mundo) fumar en el transporte publico.
En el momento que los detectores de humos del convoy descubren que alguien está fumando las alarmas se disparan y la velocidad del tren automáticamente se reduce. Según informó el diario Beijing News, uno de estos trenes que iba de Shanghái a Pekín ayer, lunes, debió bajar su velocidad de marcha abruptamente durante alrededor de un minuto después de que su detector de activase.
Los guardias de seguridad descubrieron el motivo de la disminución de velocidad al revisar los vagones y cuando se encontraron a un hombre de 40 años fumando dentro de ellos. La policía china no pasó por alto ya infracción y aplicó al pasajero una multa de 50 yuanes.
Este tipo de episodios se vienen repitiendo a diario desde su estreno. El pasado sábado otro hombre fue descubierto en una situación similar, y en ese caso el ferrocarril también debió disminuir su velocidad. Según EFE incluso en el viaje de prensa los pasajeros fumaban en los vagones. Todo apunta a que será necesario un tren aún más rápido para calmar el ansia de los fumadores chinos.