El símbolo del poder político por excelencia, el coche oficial, ha pasado a la historia en Pinto, una ciudad de 45.000 habitantes al sur de Madrid. Desde esta legislatura la alcaldesa, la recién elegida Miriam Rabaneda, del Partido Popular, dejará de moverse en el lujoso coche de su antecesor, el socialista Juan José Martín Nieto. Se trata de un Volkswagen Passat de 170 caballos (ver imagen inferior) que, hasta ahora, suponía a las arcas municipales un coste de más de 1.000 euros mensuales.
El coche había sido adquirido a través de "renting". El consistorio pagaba todos los meses 936 euros incluyendo el seguro y las revisiones periódicas. A esto había que sumarle el combustible y una parte del mantenimiento que el equipo de Rabaneda ha estimado en unos 100 euros al mes.
Cada año el ayuntamiento pinteño destinaba al automóvil del alcalde una cantidad que superaba con creces los 12.000 euros, que engrosarán de este modo el plan de ahorro de Rabaneda, consistente en recortes que alcanzarán los 200.000 euros anuales.
Entre otras partidas, el Gobierno de Rabaneda reducirá las asignaciones que percibe cada grupo municipal. Hasta ahora cada grupo recibía 1.500 euros mensuales destinados a que el partido en cuestión alquilase una sede y un variable de 300 euros por cada concejal.
De manera que el Partido Socialista, que contaba con 9 concejales hasta el pasado 22 de mayo, se embolsaba más de 4.000 euros al mes por mantener el grupo municipal. Los mismos que recibía el PP, con igual número de concejales. Rabaneda ha reestructurado el sistema facilitando el local a cada uno de los grupos en dependencias municipales y rebajando en 100 euros la bonificación por edil.
El personal eventual del ayuntamiento, actualmente de 35 personas, se reducirá a 20, liberando otros 73.000 euros hasta el año 2015. Para dar ejemplo la alcaldesa se ha bajado el sueldo un 33% con respecto al que cobraba Martín Nieto. Una rebaja que afecta a todos los miembros de la corporación municipal. No contenta con eso Rabaneda ha dado orden para que dejen de cobrarse las dietas que los concejales percibían por su asistencia a la Junta General y al consejo de administración de la empresa municipal Aserpinto.
Por último, como anticipo de sus intenciones, la alcaldesa suspendió durante su primera semana de Gobierno el concierto de Ojos de Brujo que iba a celebrarse sólo unos días después en las fiestas patronales. El coste del recital ascendía a los 21.000 euros, causantes en última instancia de la suspensión. No fue el único recorte durante las fiestas. Dos ágapes ofrecidos por el ayuntamiento durante los festejos fueron igualmente cancelados. 2.900 euros del contribuyente que dejaron de gastarse en un simple brindis.