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Juan Velarde

¿Y por dónde anda su Marcelino Camacho?

¿Ha comenzado, con todas las dificultades que se quieran, un movimiento obrero de protesta en la República China?

¿Ha comenzado, con todas las dificultades que se quieran, un movimiento obrero de protesta en la República China?

Me relataba mil datos interesantes sobre la realidad socioeconómica y cultural china mi colega, el profesor Molero Zayas. Agudamente, tras su estancia, aprovechando su año sabático, acababa de impartir docencia en centros universitarios de ese país. Hubiera llenado de entusiasmo al gran historiador francés Chaunu, quien indicó esto por primera vez, en relación con las causas auténticas de la Revolución Francesa sacándola de su tradicional planteamiento marxista, cuando no explicaba que el desarrollo económico muy fuerte de China creaba en un amplio conjunto de la sociedad algo parecido a lo que ocurría en España en los años cincuenta y sesenta: una serie de tensiones y, con ellas, de esperanzas, que nada tenían que ver con los planteamientos del partido único (el cual, a su vez, también experimentaba cambios que poco tenían que ver, a partir de Den Xiao-Ping, con las de Mao y sus famosas ortodoxias).

Al profesor Molero le pregunté, cuando me informaba de todo eso, ¿y se conoce ya la existencia de un Marcelino Camacho en China? Esto es, ¿había comenzado, con todas las dificultades que se quieran, un movimiento obrero de protesta en la República China? Ursula Gauthier, en Le Nouvel Observateur, comienza a aclarar esta interrogación. Tras una huelga de hambre de unos trabajadores afectados de silicosis, sus intereses parece que comienzan a ser defendidos por lo que Ursula Gauthier denomina un "sindicalista sin sindicato", pues vive ajeno totalmente a partir de una ONG, la China Labour Bulletin basado en Hong Kong, y totalmente ajena al sindicato único oficial, la Federación Nacional de Sindicatos Chinos. Fue, además, un líder en Tiananmen y se llama Han Dongfang. Lanza mensajes desde Radio Asia Libre, basada en Estados Unidos, y asimismo, evidentemente, las crecientes protestas sociales. Comienza a movilizar a obreros hacia la Oficina Internacional de Trabajo de Ginebra. Y ahí están las huelgas en las fábricas de Honda, que Robine Munro indica que a partir de ellas "los obreros jóvenes dejaron de tener miedo". Se habla de Solidarnosc. Pero, en España, ¿no hay otros paralelos? Un Marcelino Camacho, ¿ha renacido en China? ¿Construcciones Metálicas Madrileñas es acaso una prefigura de Honda?

Por supuesto que nunca se repite exactamente nada, pero también es cierto que los paralelismos abundan.

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