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El Ibex se desploma un 4,62% en otra jornada de caos bursátil en Europa

Las advertencias de la FED y el FMI acerca del riesgo de una nueva recesión a escala mundial desatan el pánico en los parqués.

Las bolsas europeas han vuelto a sufrir este jueves una nueva jornada de pánico. Los parqués, que habían comenzado la semana con cierto optimismo, han vuelto en las dos últimas jornadas a los números rojos, según se confirman los presagios de una nueva recesión a escala mundial que tendría a la crisis de deuda de la Eurozona como epicentro.

De esta manera, el Ibex 35 madrileño ha perdido un 4,62%, en una jornada que también ha sido muy negativa para el resto de los grandes mercados del Viejo Continente: París (-5,25%), EuroStoxx (-4,90%), Milán (-4,62%), Londres (-4,67%) y Fráncfort (-4,52%). En la trastienda de todos estos vaivenes, que están provocando subidas y bajadas superiores al 2-3% de forma casi diaria, está el miedo a que la crisis de la economía mundial no sólo no se haya acabado, pese a que ya han pasado más de cuatro años desde que empezó, sino que aún tengamos por delante mucho tiempo antes de la recuperación definitiva.

Las causas del terremoto

El epicentro de todo este terremoto sigue siendo la crisis de deuda pública en Europa. Aunque siempre es muy complicado asociar una causa concreta a un movimiento diario en los mercados, en esta ocasión parece que el desencadenante ha sido la publicación en la jornada del miércoles del comunicado de la FED en el que anunciaba el nuevo programa de estímulo: Operación Twist.

Este programa de compra de 400.000 millones de dólares en bonos de EEUU a muy largo plazo (hasta 30 años), a cambio de colocar en el mercado deuda a corto plazo provocó fuertes caídas en el sector financiero norteamericano, por el temor a un descenso de sus beneficios.

Además, este anuncio se unió a los comentarios incluidos el comunicado oficial. La FED destacaba que hay "significativos riesgos a la baja" para la economía global, al mismo tiempo que alertada de "tensiones" en los mercados financieros globales. Estas advertencias se unieron a las que pocas horas antes había realizado el FMI, cuando aseguró que "el tiempo para rescatar a la banca europea se está agotando".

Pánico en los mercados

El resultado de todo este cóctel ha sido desatar el pánico en los mercados. Por un lado, se asume que el crecimiento de la economía mundial en los próximos meses seguirá siendo muy débil. Por otro, se ha llegado casi a la certidumbre acerca de la quiebra griega, pero al mismo tiempo sigue sin saberse cómo se efectuará en la práctica la bancarrota del país heleno. Además, se teme el efecto dominó que tendrá la caída de Atenas en el sistema financiero europeo y se espera un posible contagio en Italia, Portugal o España. Por último, el nuevo estímulo de la FED no sólo no ha tranquilizado a los mercados, sino que es un indicador más del nerviosismo con que se vive la situación en los bancos centrales. Incluso, se teme que esa Operación Twist decretada por Ben Bernanke dañe los beneficios del sector financiero sin lograr impulsar hacia adelante la economía norteamericana.

Con todos estos ingredientes, no es extraño que los inversores busquen como locos los grandes valores refugio. De hecho, este jueves el bono alemán a diez años ha vuelto a marcar mínimos desde la introducción del euro, algo parecido a lo que está ocurriendo con la deuda pública norteamericana. En tiempo de gran incertidumbre, todo el mundo parece buscar un puerto seguro en el que refugiarse.

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