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Abrir una tienda IKEA en España cuesta tres veces más que en EEUU

La compañía sueca tarda una media de hasta seis años para abrir un centro en España. En EEUU sólo tardan dos.

La vida del gigante de muebles sueco ha sido todo un éxito de modelo de negocio en las seis décadas que lleva funcionando. Durante sus quince años en España ha logrado rebajar un 35% el precio de sus productos, pero a la multinacional del mueble le supone extremadamente difícil abrir aquí sus centros por el largo e ineficaz proceso burocrático.

La ineficaz burocracia española

Hace tan sólo un mes que unas declaraciones de Mikael Ohlsson, su consejero delegado, en una entrevista en The Wall Street, alertaron sobre la "estricta regulación" para la apertura de nuevos espacios en España. De hecho, la multinacional estaría pensando abrir unas 10 tiendas en nuestro país, que ayudarían a crear unos 20.000 puestos de trabajo.

La directora de Comunicación de IKEA Ibérica, Cristina Humet, señala a Libre Mercado que, "en general, los procesos urbanísticos son poco ágiles, no son uniformes y son demasiado diferentes". Así, mientras que en EEUU "la media de apertura de una nueva tienda es de 2-3 años, en España estamos hablando de entre 5 y 6 años", añade.

En Estados Unidos una licencia es suficiente y el urbanismo es el único criterio por el que se rigen las administraciones locales para aprobar un proyecto. "Un dato: en 4 años (2003-2007) se inauguraron 18 tiendas en EEUU; en España hemos abierto 13 desde nuestra llegada en 1996". Hay comunidades como Valencia en las que la multinacional lleva muchos años intentando abrir un centro, pero la operación parece complicarse cada día más.

Otro ejemplo más cercano: en Francia hay una sola normativa de aplicación en todo el país (sea urbanística o comercial), lo que facilita mucho los procesos. "En España hay tantas normativas como Comunidades Autónomas, esto significa más burocracia y tiempo necesario para desarrollar proyectos". En muchas ocasiones el problema se acentúa al ser diferentes las normativas a nivel local y regional. Así pues, el gran problema de España es "la falta de uniformidad de las leyes", asevera.

"Somos uno de los países más lentos en todos estos procesos, y es una pena porque hay mercado suficiente en España para abrir grandes tiendas como las del sur de Francia". Sin embargo, a pesar de la interminable y complicada burocracia nacional, desde IKEA se muestran optimistas y aseguran que su plan de expansión continuará aunque se demore la apertura de nuevos centros.

Rebajas del 35% en 15 años

Y es que, la compañía sigue creciendo, tanto en España como a nivel internacional. El éxito comercial conseguido por la multinacional del mueble está ligado, entre otras cosas, a su arriesgada política de precios, asequibles para la mayoría de la gente. Tanto es así que sus productos acumulan una rebaja media de casi el 35% desde 1996, cuando abrieron su primera tienda en España (en Badalona). Y ello, sin tener en cuenta el Índice de Precios al Consumo (IPC).

Es decir, sus productos son un tercio más baratos en términos reales que hace quince años. La inflación acumulada durante este periodo asciende al 50,5%, de modo que la bajada total supera el 85%. Sus precios medios, si se tiene en cuenta la inflación, son casi un 90% más bajos que en 1996.

¿Cómo es posible lograrlo?

Según Humet, bajar precios "es el resultado de muchas pequeñas acciones. La etiqueta de precios la tienen que tener en cuenta todos los que forman parte de IKEA: diseñadores, transportistas, proveedores..." Además, "el transporte puede encarecer el producto hasta un 70%, por eso los paquetes planos y apilables hacen que el camión se pueda llenar por completo y se abarate el coste final. Es importante embalar bien, no transportar aire", añade.

Otra de las acciones que hacen posible la reducción de costes es que IKEA ha sustituido los tradicionales palés de madera por los de cartón que, además de ocupar menos porque son plegables, no es necesario transportarlos para una nueva carga porque se utilizan una vez y después de reciclan.

Por último, Humet afirma que "hay muchas medidas que generan ahorro, desde la fase de diseño tienen que pensar en productos económicos y que luego sean fácilmente transportables. A los propios técnicos, si ahorran en energía, nosotros podremos bajar los precios en el proceso de venta". IKEA tiene la "filosofía de estar cerca de los clientes y por eso ofrecemos los precios más bajos", concluye.

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