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La legislación laboral y los sindicatos, principales causas del paro en España

En un artículo para Libre Mercado, el exministro de Industria Carlos Bustelo analiza la historia de los sindicatos en democracia y propone su reforma.

España sufre unos niveles de paro que, en los mejores momentos económicos de nuestra historia reciente, nunca ha bajado del 8%, una cifra considerada inaceptable en la mayoría de los países desarrollados. La razón está en "un marco laboral y sindical claramente incompatible con el funcionamiento de una economía de mercado abierta a la competencia exterior", según escribe Carlos Bustelo en su ensayo La gran reforma pendiente: los sindicatos y el mercado laboral, que se publicará en tres entregas.

En la primera, el que fuera ministro de Industria y Energía con la UCD y presidente de la CMT hasta 2005 analiza la responsabilidad de los sindicatos en esta situación y la razón histórica por la que en la Transición se les concedió un papel de tanta importancia en la regulación de las relaciones laborales. En el resto del ensayo, Carlos Bustelo analiza la historia del imparable crecimiento del poder y el patrimonio sindical, incluyendo las irregularidades de los cursos del Forcem, para terminar con una propuesta de reforma con la que se acabaría con sus privilegios.

Carlos Bustelo, el hombre que dijo no a Zapatero

Ex ministro de la UCD, Carlos Bustelo volvió a las portadas en 2005, cuando se opuso al traslado de la sede de la CMT a Barcelona. El entonces presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones hizo algo casi inédito en la vida pública española: dimitió por discrepancias con el Gobierno. Carlos Bustelo decidió, tras más de tres décadas de servicio ininterrumpido a su país, que en aquel momento la mejor manera de ser consecuente con su conciencia era renunciar a su sueldo y a su despacho oficial.

Este anuncio fue el punto final a una larga polémica que se inició cuando a comienzos del año 2004 el entonces candidato a presidente del Gobierno prometió que descentralizaría los organismos reguladores. Cuando llegó a La Moncloa, el socialista pactó con su compañero de partido Pascual Maragall y con el aquel entonces ministro de Industria, José Montilla, el traslado de la sede de la CMT a Barcelona. Los trabajadores del organismo se opusieron, por las consecuencias que esta decisión iba a tener en sus vidas. Y su presidente, nombrado en el año 2003 a propuesta de Josep Piqué y Rodrigo Rato, encabezó las protestas hasta que finalmente dimitió (aunque la CMT es un organismo independiente y, teóricamente, tenía asegurado su puesto hasta diciembre de 2008).

Antes y después de aquella difícil situación, Bustelo ha ocupado diversos cargos en varias administraciones españolas. En 1977, llegó al Gobierno de la UCD de la mano de Francisco Fernández Ordóñez, como secretario de Comercio, cargo en el que permaneció hasta que en 1979 fue nombrado ministro de Industria. Apenas estuvo unos meses en el Gabinete, puesto que fue cesado en 1980. Posteriormente, fue nombrado presidente del INI hasta el triunfo del PSOE de Felipe González en las elecciones de 1982. Tras dejar la CMT en 2003, fue nombrado presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia de Madrid en 2005.

Toda esta experiencia le ha servido a Bustelo para ser un conocedor de primera fila de la realidad política, económica e institucional española. Desde su puesto en la administración de la UCD pudo ver cómo los primeros gobiernos españoles de la Transición blindaban el esquema de relaciones laborales salido del franquismo, que muchos analistas consideran como el pecado original del mercado de trabajo en España, que explica buena parte de los casi cinco millones de parados existentes en la actualidad y de una tasa de paro que dobla la media europea.

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