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Jean-Luc Dehaene

Dimite el presidente del Consejo de Administración de Dexia

Dehanne fue primer ministro de Bélgica entre 1992 y 1999.

El presidente del consejo de administración de Dexia, Jean-Luc Dehaene, ha dimitido este lunes con efecto inmediato de su cargo después de que los gobiernos de Francia, Bélgica y Luxemburgo llegaran a un acuerdo para dividir en tres la entidad, según informan los medios belgas.

Dehanne, que fue primer ministro de Bélgica entre 1992 y 1999, llevaba al frente del consejo de administración de la compañía desde 2008 y era una de las dos cabezas visibles de la entidad junto al consejero delegado, Pierre Mariani.

La entidad ha indicado que después de que el Estado belga haya decidido nacionalizar la filial en el país, Dexia Banque Belgique, ya no tenía sentido mantener a los actuales representantes del consejo, ya que el Gobierno había dejado claro que su intención es "reestructurar completamente la entidad con un nuevo consejo de administración". 

En una conferencia telefónica celebrada este lunes, Dehaene mostró su desencanto por la situación actual por la que atraviesa el banco y afirmó que hacían falta dos años más para que la entidad puede regresar a una situación normal, algo que sí podía haberse logrado si no hubieran intervenidos otros factores externos, en referencia a la crisis de deuda de la eurozona, informa Europa Press.

El consejo de administración de Dexia ha aceptado "bajo las actuales circunstancias" la propuesta de rescate pactada por los gobiernos de Bélgica, Francia y Luxemburgo, que supone la partición en tres de la entidad franco belga, incluyendo la nacionalización por parte de Bélgica de su filial en el país a cambio de 4.000 millones de euros, así como la aceptación de garantías de crédito por importe de hasta 90.000 millones en diez años.

"El consejo de administración ha analizado la oferta y ha consultado con expertos independientes respecto al interés social para el grupo y sus filiales y ha aprobado la compra de Dexia Bank Belgium por el Estado belga", anunció la entidad.

La nacionalización de la filial belga "estará concluida en un futuro muy próximo" y permitirá a Dexia reducir sus necesidades de financiación a corto plazo en más de 14.000 millones de euros, mejorando así la solvencia del grupo en más de 200 puntos básicos y reduciendo en más de 18.000 millones su cartera de activos no estratégicos.

Asimismo, la operación supone la creación de un 'banco malo' para aislar los activos 'tóxicos' de Dexia, que recibirá garantías de refinanciación por importe de hasta 90.000 millones de euros por parte de los tres gobiernos. En concreto, los fondos de esta entidad residual estarán garantizados por Bélgica (60,5%), Francia (36,5%) y Luxemburgo (3%).

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