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Jaime de Piniés

Lo que valen unas pocas palabras

Tomemos nota. Los mercados están dispuestos a darnos un balón de oxígeno siempre y cuando vean que estamos haciendo las cosas bien, y parte de ello es saber cúando y cómo comunicar lo que vamos hacer y luego, por supuesto, hacerlo.

Indicaba la semana pasada que si el programa económico del futuro Gobierno de España se daba a conocer, habría un efecto anuncio positivo que vendría a reforzarnos en los mercados, a la vez que se reflejaría inmediatamente en una bajada en el coste de nuestra financiación. Algo parecido ha ocurrido esta semana tras la declaración del portavoz del Partido Popular de que habrá una reforma laboral bien a través de un acuerdo entre los sindicatos y la patronal, bien a través del próximo Gobierno que procederá a gobernar; es decir, de todas formas se implementará una reforma del mercado de trabajo.

Es más, tras concluir los primeros encuentros con los sindicatos y la patronal, se ha dado a conocer hoy mismo que el Gobierno del Sr. Rajoy sólo contempla como fecha límite para que los actores sociales alcancen un acuerdo el próximo 6 de enero. Sería, desde luego, uno de los mejores regalos posibles de los Reyes para la maltrecha economía española. Pero llena de esperanza que si los actores titubean y no se ponen de acuerdo, el Gobierno impondrá la reforma. Porque la reforma es urgente.

Lógicamente, para poder evaluar todo esto debidamente, tenemos que conocer la letra pequeña bien del acuerdo o bien de la reforma por decreto. Pero como indicaba la semana pasada, los mercados no han tardado en reaccionar ante esta buena nueva. Hemos pasado de tener una prima de riesgo contra el bono alemán a 10 años de 470 puntos básicos a menos de 400. Es cierto que sigue muy elevada y que las "noticias" nacionales han coincido con un relajamiento de la postura alemana en cuanto al uso del BCE como fórmula de rescate para inyectar liquidez al mercado, coincidiendo además con una acción concertada de varios bancos centrales del mundo. Pero también es cierto que ante estos mismos acontecimientos internacionales, el diferencial de Italia ha empeorado y roza ya los 500 puntos básicos.

Tomemos nota. Los mercados están dispuestos a darnos un balón de oxígeno siempre y cuando vean que estamos haciendo las cosas bien, y parte de ello es saber cúando y cómo comunicar lo que vamos hacer y luego, por supuesto, hacerlo.

En Libre Mercado

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