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Un cambio contable eleva en 17.000 millones el déficit público del Estado

El Estado registró hasta octubre de 2010 un déficit de 31.263 millones de euros, pero la nueva base contable eleva esta cuantía hasta los 48.198 millones.

Los datos sobre el déficit de las CCAA anunciados hace escasas fechas por el Ministerio de Economía han sido, de forma gratamente sorprendente, bastante mejores de lo esperado. El déficit público acumulado se situó en el 1,19% del PIB hasta septiembre. Durante el tercer trimestre se registró incluso un ligero superávit respecto al anterior, y es de suponer que de continuar esta tendencia las CCAA terminen el año con un déficit muy próximo al 1,3% del PIB, cumpliendo así el objetivo previsto por el Gobierno.

Destacan las reducciones del gasto en todas las partidas, exceptuando los gastos financieros, que aumentan en 1.081 millones de euros, debido al incremento de los tipos de interés exigidos para la colocación de la deuda autonómica.

Por su parte, el déficit que acumula la Administración Central del Estado, de acuerdo al Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), alcanzó los 40.065 millones de euros (3,7% del PIB) hasta octubre, lo cual implica un 16,9% menos (8.133 millones) respecto al mismo período de 2010 (48.198 millones), en línea, una vez más, con las previsiones oficiales para cumplir con el objetivo de ajuste presupuestario. Los recortes más importantes se registraron en las partidas de inversiones y gastos corrientes, aumentando ligeramente los gastos de personal y financieros (una vez más, debido a la crisis de la deuda).

Sin embargo, existe una contradicción entre el informe oficial de octubre de 2011 y el del mismo mes de 2010. Así, tal y como indicó el Gobierno en la presentación de cuentas, "hay que recordar que esta cifra del mes de octubre se calcula con referencia a la nueva base 2008, incorporada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en cumplimiento de la normativa comunitaria que obliga a todos los países de la Unión Europea a calcular en función de esta nueva base los datos estadísticos que se publican desde el pasado 30 de septiembre".

La cuestión es que este cambio metodológico ha alterado de forma sustancial las cifras de déficit. Puesto que acaba de entrar en vigor, y es preciso aplicarlo de forma retroactiva para homogeneizar los cálculos, también se ha revisado el déficit de 2010. Y el resultado es el siguiente: si hace ahora un año el Gobierno indicaba que el déficit del Estado ascendía a 31.263 millones de euros hasta octubre (2,96% del PIB), ahora asciende a 48.198 millones tras el cambio metodológico (4,5% del PIB). Es decir, el déficit acumulado hasta octubre de 2010 crece en casi 17.000 millones de euros (1,7% del PIB), según los nuevos criterios contables.

Como resultado, efectivamente, el déficit hasta octubre de 2011 cae en 8.133 millones respecto al del pasado año, pero lo relevante es que aumentó de forma sustancial el pasado año gracias a la nueva base. La siguiente tabla refleja los datos oficiales de déficit en 2010, con la anterior metodología -base 2000- y la actual -base 2008-:

En relación a los recursos del conjunto de las administraciones, la IGAE (Intervención General de la Administración de Estado) informa de un leve aumento de los ingresos homogéneos (un 1%), una cantidad mínima a pesar de las fuertes subidas en impuestos especiales (tabaco fundamentalmente) e IVA. Sin estas subidas de impuestos, con seguridad los ingresos fiscales hubieran disminuido. Hay que destacar que en mayo los ingresos llegaron a aumentar a una tasa del 4,7%. La debilidad del consumo, que se ha manifestado progresivamente durante este año, es, sin duda, responsable de este menor aumento de la recaudación.

Respecto a ayuntamientos y diputaciones, aún se dispone de pocos datos públicos, pero fuentes de Economía han informado a Libre Mercado de que los datos finalmente es muy probable que se ajusten relativamente bien a las previsiones.

En cuanto a la Seguridad Social, debido a la mala evolución del empleo durante este año, es probable que cierre con un déficit en el entorno del 0,1% del PIB, frente a unas estimaciones iniciales de superávit del 0,4%.

A la vista de los datos oficiales disponibles, es probable que se cumplan las previsiones sobre el déficit final del conjunto de las administraciones públicas, pues, difícilmente se situaría por encima del 6,5% del PIB, frente al objetivo del 6%

Las sombras

Sin embargo, es obligatorio hacer una serie de reflexiones finales sobre estos datos, que arrojan bastantes sombras sobre el futuro de las cuentas públicas.

1. Hay un auténtico desplome en el consumo y en la inversión durante los últimos meses, como demuestran, por ejemplo, los datos de consumo de combustibles o el índice de comercio minorista, que caen a tasas del entorno del 6%. Dado que las liquidaciones de impuestos se hacen en muchos casos a trimestre vencido, existe un desfase temporal en varias partidas importantes de la recaudación que irá viéndose en los próximos meses.

2. La deuda pública que se va renovando y las nuevas emisiones están pagando tipos de interés muy superiores, sobre todo en las emisiones a corto plazo, por lo que los gastos financieros van a sufrir un incremento muy sustancial, que podría estimarse, si los tipos pagados no siguen subiendo, en al menos 6 décimas del PIB para 2012.

3. El gran incremento en la recaudación debido a los excelentes datos de los exportadores se truncará de forma brusca si se confirma que Europa está volviendo a entrar en recesión. Hay que tener en cuenta que las exportaciones van a aumentar en 2011 alrededor de 30.000 millones de euros. Tampoco se podrá contar con un incremento en los ingresos por turismo, que este año va a superar los 5.000 millones de euros. Dependiendo de la profundidad de esta previsible recesión, podrían incluso disminuir las importaciones y los ingresos por turismo.

4. Si continúa el ritmo de destrucción de empleo del último trimestre, la Seguridad Social aumentará su déficit el próximo año al menos en 6 décimas.

5. Existen rumores persistentes de que muchos interventores podrían estar difiriendo el reconocimiento de obligaciones por parte de las administraciones para el próximo año ("meter las facturas en el cajón"). El prestigioso analista John Mauldin en uno de sus últimos informes aludía, precisamente, a esta estrategia de no pagar las facturas para no aumentar el déficit. Por otra parte también ha habido rumores de que Hacienda podría estar retrasando ciertas devoluciones con el fin de mejorar las cifras de final de año. La caída en las devoluciones por IVA en el mes de octubre podrían deberse a esta causa. De llegar a confirmarse este hecho, si se decide continuar con esta estrategia, ello sólo ocasionará que este dinero no esté disponible para el sector privado y que, finalmente, repercuta en menor actividad económica y menor recaudación.

Conclusión

En resumen, las posibilidades de que se pueda alcanzar el objetivo de déficit en 2012 son bastante escasas en caso de confirmarse el entorno recesivo para ese año, por la previsible caída de la recaudación. Si el Gobierno entrante intenta nuevos y más profundos recortes y/o subidas de impuestos para alcanzar el objetivo existirá un serio peligro de entrar en una espiral "a la griega", en que cada recorte o subida de impuestos provoca caídas de la actividad económica que hace retroceder la recaudación, con lo que la meta se aleja cuantos más esfuerzos se realizan. En un escenario tan duro como el que se plantea existe, además, el riesgo de que las subidas de impuestos ocasionen que muchos contribuyentes opten por entrar en la economía sumergida.

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