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Báñez se estrena en Empleo haciendo un guiño a los sindicatos

El nuevo Gobierno lanza señales contradictorias en relación a la reforma laboral: el cambio en la negociación colectiva pierde fuerza.

El nuevo Gobierno lanza señales contradictorias en relación a la reforma laboral: el cambio en la negociación colectiva pierde fuerza.

La esperadísima reforma laboral del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy podría quedarse en agua de borrajas. Lo que hace unas semanas parecía una apuesta clara por un cambio profundo en la negociación colectiva se convierte según pasan las horas en una oferta de diálogo a sindicatos y patronal, los grandes beneficiados de la actual regulación. En estos momentos, sobre las dos grandes cuestiones del mercado de Trabajo sobrevuelan más dudas que certezas.

Negociación colectiva

La primera patata caliente para Fátima Báñez es la negociación colectiva. El sistema actual entrega un enorme poder a las grandes organizaciones (centrales sindicales y patronal) frente a los sindicatos de empresa y a los empresarios individuales. Mariano Rajoy insinuó a lo largo de la campaña que cambiaría esto y daría prioridad a los acuerdos a nivel de empresa frente a los sectoriales y territoriales.

Ésta es una de las reformas en la que más hincapié han hecho los expertos. Ahora mismo, las compañías españolas tienen que aceptar normas que no han pactado con sus trabajadores. Les vienen impuestas desde la negociación sectorial o provincial o, incluso, nacional. Evidentemente, esto es una de las causas de la falta de competitividad en España, puesto que no permite adaptarse a cada empresa. El café para todos, en un mercado cada vez más abierto y competitivo, no es una buena receta.

Pues bien, en su discurso de investidura, Rajoy ya deslizó que mantendría la negociacion colectiva en su actual formato (o con pocos cambios). Su frase fue: "reformar la estructura de modo que cada materia se negocie en un ámbito territorial o sectorial óptimo". Nada de nada sobre la negociación a nivel de empresa. Alberto Recarte denunció este jueves este hecho en su espacio en Es la Noche de César y advirtió de que era la parte que menos le había gustado.

En la misma línea se ha pronunciado Fátima Báñez este viernes por la mañana en RNE, en sus primeras declaraciones desde que tomó posesión del cargo. La nueva ministra ha reafirmado su intención de encontrar un acuerdo con sindicatos y patronal. Báñez ha insistido en que su Ministerio será "el de las reformas para el empleo y del diálogo permanente de los agentes sociales". Ha asegurado que "no se cansará" de dialogar y que todos los agentes del diálogo social tienen "voluntad" de buscar las mejores soluciones. No parece probable que las centrales sindicales estén dispuestas a entregar su mayor fuente de poder (la negociación colectiva) sin fuertes movilizaciones, por lo que las palabras de Báñez pueden interpretarse como una concesión a UGT y CCOO.

No está nada claro que lo mejor para el empleo en España sea un acuerdo entre patronal y los grandes sindicatos. De hecho, desde hace 30 años todos los gobiernos se han empeñado en que todas las reformas laborales llevaran el sello del diálogo social. Ha habido infinidad de pactos, fotos y apelaciones a lo importante que es el consenso. También hay cinco millones de parados y una tasa de desempleo del 22%.

De momento, Báñez ha asegurado que "no se cansará" de dialogar con sindicato y patronal "hasta la extenuación" para hacer posible un acuerdo que impulse el empleo en España, sobre todo el empleo juvenil, aunque ha recordado que si no se alcanza el consenso, el "deber" del Ejecutivo es gobernar.

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