Menú
Guillermo Dupuy

Silencio, se despilfarra

Estos días se cumplen seis meses de la celebración de una especie de “pacto de silencio” entre Rajoy y Salgado por el que se comprometian a no hacer críticas a las cuentas autonómicas ni avalar declaraciones que causaran “alarmas injustificadas".

"¿Alguien se cree que, en un Estado que gasta 455.000 millones de euros anuales, no pueden recortarse 6.200 millones (el 1,3% del total) de ningún lado?". Creo que pocas frases, como esta cuestión retórica de Juan Ramón Rallo, evidencian la falacia de Rajoy, rayana en lo infantil, al decir que no tuvo más remedio que subir los impuestos al "descubrir" que el déficit era aun mayor que el previsto.

Con todo, nos quedaríamos cortos en la crítica al PP si nos limitáramos a señalar y a demostrar con números la mala solución que Rajoy ha dado a un problema que perfectamente se podía y puede afrontar con un mayor recorte del gasto público en lugar de hacerlo con una brutal subida de impuestos. Me refiero también a la responsabilidad que Rajoy tuvo en el hecho mismo de que el déficit haya sido mayor que el comprometido.

Antes de considerar que he llevado demasiado lejos mi crítica al recién nombrado presidente del Gobierno, fíjense en los datos ofrecidos por él mismo en su reciente entrevista: si el déficit de la Administración Central se ha desviado en 3.000 millones, el de las Comunidades Autónomas y el de los ayuntamientos lo han hecho en 15.000 y 1.500 millones, respectivamente.

No quiero decir, por el hecho de que la mayoría de esas comunidades y ayuntamientos estén en manos del PP –como muchas de ellas ya lo estaban antes de las últimas elecciones autonómicas y municipales–, que Zapatero y los socialistas no sean los principales culpables del agujero total; pero tampoco cabe eximir de toda responsabilidad al PP y a su principal líder. Más aun cuando estos días se cumplen seis meses de la celebración de una especie de "pacto de silencio" entre Mariano Rajoy Brey y la exministra Salgado por el que ambos se habrían comprometido a no hacer críticas a las cuentas autonómicas ni avalar declaraciones que causaran "alarmas injustificadas", tal y como publicó en portada el diario El Mundo el pasado 9 de junio.

Es más. Hace un año, y con el consentimiento de Rajoy, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá y el coordinador de Política Autonómica y Municipal del PP, Juan Manuel Moreno, tras una reunión de ocho alcaldes del PP con su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, anunciaban un recurso ante el Tribunal Constitucional para que los ayuntamientos pudiesen seguir endeudándose por encima de la liviana limitación que el Gobierno de Zapatero había establecido en los presupuestos del 2011.

Con estos antecedentes, pensar que a Rajoy le pilló el 27 de diciembre por sorpresa el desvío del déficit es tan ingenuo como pensar que no tuvo más alternativa que subir impuestos por no poder recortar 6.200 millones adicionales a un Estado que gasta 455.000 millones.

En Libre Mercado

    0
    comentarios