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El embargo de petróleo iraní golpeará con fuerza a España

Las principales alternativas al petróleo iraní se encuentran Arabia Saudí, Rusia y, en menor medida, Irak.

El posible embargo a la compra de petróleo iraní por parte de la UE podría provocar en España no tanto problemas de suministro como nuevas presiones económicas relacionadas con un encarecimiento del crudo en los mercados internacionales, indicaron a Europa Press en fuentes del sector.

Las fuentes explican que las refinerías españolas llevan semanas estudiando las implicaciones técnicas del embargo y que las principales alternativas al petróleo iraní se encuentran en los suministradores con contratos más consolidados, entre ellos Arabia Saudí, Rusia y, en menor medida, Irak.

En materia de suministro, España cuenta con una cesta diversificada y ya en el conflicto de Libia, a comienzos del año pasado, demostró su capacidad para recomponer sin traumas la matriz de proveedores. Libia era un caso más complejo, no solo por aportar el 9% de todo el crudo, sino también porque Repsol lo extraía sobre el terreno, cosa que no ocurre con Irán.

Además, en la UE va ganando peso, antes de la reunión del 23 de enero en la que se debatirá el embargo, la posibilidad de demorar en seis meses la medida, lo que daría tiempo de adaptación a los países europeos más importadores de petróleo iraní, que son precisamente España, Grecia e Italia, tres de las economías más afectadas por la crisis de deuda. La UE compra el 64% del petróleo iraní, y el 83% del volumen adquirido va a parar a España, Grecia o Italia. A su vez, el 14% del petróleo que importa España es en la actualidad iraní, lo que convierte e este país en el segundo mayor suministrador, por detrás de Rusia, que aporta el 16%.

Escalada del crudo

Al margen de la capacidad de respuesta de España ante un cambio en el suministro, los mayores problemas podrían venir de una escalada del crudo en un momento en el que el euro está devaluado y la compra de petróleo requiere mayor esfuerzo. El euro se ha devaluado un 14% desde abril de 2011 con respecto al dólar y en la actualidad, si se mide en la divisa europea, el esfuerzo por comprar un barril es de 90 dólares, casi el mismo que en julio de 2008, cuando el petróleo alcanzó el récord de 147 dólares.

Subida a 140 dólares

En un informe, Barclays califica de "aguas peligrosas" la situación en Irán, en alusión tanto al posible embargo como a la tensión en el estrecho de Ormuz y la presión sobre el precio del petróleo en los mercados internacionales. La necesidad de capacidad adicional de países como Arabia Saudí, que elevará su peso geoestratégico, "pondrá presión adicional sobre los precios del crudo, especialmente con Irak y Nigeria convertidos en amenazas reales", advierte.

"No descartamos periodos de precios en un rango de entre 130 y 140 dólares" por barril, afirma Barclays, cuyos analistas llegan a sugerir que un eventual cierre del estrecho de Ormuz podría poner el barril a 200 dólares.

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