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Los analistas prevén un segundo rescate de Portugal con quitas del 30%

El FMI podría pedir a Lisboa nuevas condiciones para mantener su rescate, tal y como hizo con Atenas.

La posibilidad de que Portugal no sea capaz de volver a financiarse en los mercados de manera autónoma a partir de 2013, tal y como contemplan los términos del rescate de 78.000 millones de euros recibido en la primavera de 2011 por el país luso, es cada vez una mayor preocupación para los inversores y las autoridades, según afirma el diario The Wall Street Journal.

A pesar de que Portugal tiene cubiertas sus necesidades de financiación previstas para 2012 a raíz del acuerdo de rescate, las dificultades aparecen de cara al próximo año, cuando en principio el país luso debería ser capaz de regresar a los mercados para financiarse. De hecho, el país se enfrenta a vencimientos de 9.000 millones en septiembre de 2013.

"A pesar de que esa fecha todavía es lejana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) podría pedir a Portugal que presente su estrategia de financiación con un año de adelanto antes de desbloquear nuevas ayudas, tal y como hizo con Grecia", apunta el periódico que, asimismo, advierte de que la institución internacional podría exigir nuevas condiciones al país luso si existieran evidencias de que no podrá regresar a los mercados en la fecha prevista, algo que, dados los actuales rendimientos exigidos a la deuda lusa, parece probable.

"La premisa del plan de rescate de que el Gobierno podrá comenzar a emitir deuda a largo plazo en 2013 parece problemática", apuntó el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que representa a los acreedores privados en sus negociaciones sobre la reestructuración de la deuda griega.

"Con rendimientos de la deuda aún por encima del 12%, a pesar de los recientes descensos registrados, esta premisa parece improbable de cumplirse, incluso si se cumplieran los objetivos de déficit", añadió.

El precio de los bonos de Portugal ha sufrido nuevas caídas desde que Standard & Poor's anunciara hace un par de semanas su decisión de rebajar la deuda lusa a la categoría de bono basura, alimentando los temores de que las conversaciones sobre la reestructuración de la deuda griega sirvan en el futuro para aplicar un tratamiento similar a los bonos portugueses.

A lo largo del pasado fin de semana, el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, reconoció la creciente presión sobre la deuda lusa, aunque subrayó que el país no necesitará más dinero ni más tiempo para aplicar los ajustes pactados.

No obstante, funcionarios del Gobierno luso en Lisboa reconocen una creciente frustración con la posibilidad de que, incluso cumpliendo los términos del ajuste convenidos por Portugal y sus acreedores en el rescate, esto podría no ser suficiente para calmar a los mercados.

"El drama de esto es que podemos cumplir nuestra parte tal y como se nos exige, pero si Europa no da la respuesta adecuada todo puede ser en vano", admitió el exministro de Finanzas Fernando Teixeira dos Santos, quien participó en las negociaciones del rescate como representante del anterior Gobierno socialista de Portugal.

Por otro lado, el creciente rendimiento exigido a la deuda lusa en los mercados secundarios parece reflejar los temores de los inversores a sufrir una reestructuración similar a la aplicada en el caso de Grecia, a pesar de los reiterados esfuerzos de las autoridades europeas en considerar excepcional el caso de Grecia.

"Los tenedores de bonos deben seguramente asumir que Portugal cuenta con muy escasas perspectivas realistas de devolver sus deudas completamente", apuntó Michael Derks, estratega jefe de divisas del broker FxPro, quien cree que en el caso de los bonos portugueses podría ser necesaria una quita del orden del 30%.

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