El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha señalado este jueves que será preciso prestar más dinero público a Grecia para que su deuda pública se reduzca al 120% del PIB en 2020, tal y como contempla el segundo plan de rescate.
Y ello, pese a que Atenas alcance, finalmente, un acuerdo para que sus acreedores privados acepten una quita sustancial en sus bonos helenos. Los acreedores privados de la deuda griega podrían presentar una propuesta para llegar a un acuerdo sobre la quita de los bonos helenos que incluya un tipo de interés medio del 3,75%, según informa el diario griego Ethnos, que apunta que podría alcanzarse una solución en los próximos días.
Los países de la zona euro y la Comisión Europea tendrán que cubrir la diferencia para que la deuda helena sea sostenible a largo plazo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) solicitó el miércoles extender las quitas a los bonos helenos que posee el Banco Central Europeo (BCE) a fin de poder reducir la carga de la deuda que soporta Atenas.
Preguntado sobre esta cuestión, Rehn ha rechazado pronunciarse, señalando que el reparto final de la carga dependerá de lo que acuerden las instituciones europeas, informa Reuters.
El pasado octubre se acordó que el segundo rescate griego no sobrepasara el límite de 130.000 millones de euros, pero puesto que, por el momento, no se contempla que el BCE sufra quitas, los países rescatadores deberán aportar la diferencia. En base a la última propuesta que barajan los acreedores privados de Atenas, la deuda griega podría situarse en torno al 125-127% del PIB en 2020, entre 12.000 y 15.000 millones de euros extra, que equivaldrían aproximadamente a las pérdidas que tendría que asumir el BCE en caso de que también se le aplicaran quitas, según fuentes comunitarias.