¡Hola!. ¿Le habeis dado algo a fumar a PASERIFO?
Que el empleo rebote cuando la econmía vuelva a crecer. ¿Cuando vuelva acrecer?. ¿Cuando será eso?. ¿El próximo año bisiesto?
Y mientras, ¿qué hacemos con los parados?. Ah, ya, les damos laica sepultura. Bien. No, bien no, genial.
Pero tranquilos, las empresas conservarán el know how. Sí ese mismo know how que les ha conducido al borde de la quiebra y a tener que despidir a sus insoportables empleados (por su coste, claro).
Y es que tienen un know how que flipas.
Si se echan a la calle 2.500.000 funcionarios como dicen algunos, para empezar habría que pagar el paro ,de golpe, a 2.500.000 de personas más.Se da por hecho simplistamente que los funcionarios y empleados públicos son todos enchufados carentes de preparación suficiente para estar en el sector privado y se sorperenderían seguramente del nivel profesional de la mayoría cuando muchos de los que aquí piden que los funcionarios se busquen la vida se vean en la calle sustituidos por ellos en sus puestos.
Y políticos y cantamañanas sabelotodo también sobran muchos. Sobre todo esos que se llaman economistas y que quieren que bailemos al son que ellos toquen. Eso sí, por la mañana dicen blanco y por la tarde, sin pensarselo dos veces dicen lo contrario; el caso es que ellos siempre tienen razón. Si tan listos fueran no estarían escribiendo para períodicos, digitales y blogs, ni estarían de tertulia en tertulia para ganarse algo. Ya sé que cada uno trabaja en lo que puede y lo que le dejan.
La mitad de ellos, militares...
Y sé por qué lo digo.
Sr. Recarte, sobran: reptiles y liberados sindicales. No sobran -salvo rarísaimas excepciones- funcionarios de carrera.
Lo que sobran son leyes, reglamentos, preceptos, decretos, etc. Estas disposiciones procuran la creación de improductivos: políticos, asesores, coordinadores, funcionarios.
Es decir, el gasto público que genera cada ley es inmenso. Calificativo aplicable a la improductividad generada por esa burocracia.
El agua es el elemento más abundante que existe sobre la superficie del planeta, y además no se destruye, sigue siendo agua: ¿Por qué tiene esa legislación tan profusa, confusa, y costosa? Por política de interés de la casta.
Todo lo relativo al medio ambiente es legislación generadora de improductividad.
Si queremos quitar funcionarios, ea, a derogar leyes
punt y oseARui :
todo ede acuerdo pero hace 35 años no había en la administración, ni ordenadores ni internet..... creo que con los 750.000 es suficiente... y además los diputados pueden votar desde su casa (sueldo de 300 euros/mes) ya que votan lo que dice el partido, las sesiones del congreso se harían con un diputado de cada partido y el voto electrónico de los demás.
Puestos a recordar cómo estaba la administración antes de la burbuja inmobiliaria y todo lo referido en los comentarios anteriores, y dado que los servicios esenciales estaban atendidos, muy sencillo: desmontemos todo lo que se montó a partir de entonces, puesto que ya no es necesario (Senado, CCAA, también las Diputaciones -ahora inútiles-, etc) y nos ahorraríamos muchos miles de millones.
De acuerdo en que sobra gente en la Administración, sobran organismos, sobran asesores de asesores, etc.
Pero también hay que pensar que si aumentó el número de personal de la administración es porque se han creado nuevas competencias que gestionar como es el caso de la ayuda a la dependencia, o que el número y tipología de prestaciones por desempleo es también mayor, también ha crecido el número de pensionistas, la población ha envejecido con lo que el número de atenciones médicas aumenta, ahora hay muchas más ambulancias, hospitales, colegios, ...
También están todos los expedientes de medio ambiente, subvenciones diversas etc.
Quiero decir que no es solo reducir el número de funcionarios y personal sino que habría que revisar mucho y en profundidad todo el sistema legal que regula nuestras administraciones ya que es la existencia de esas normas la que indirectamente ha creado esta enorme administración que hay que gestionar.
Primero y con urgencia hay que simplificar normativas, evitar duplicidades en la gestión, crear normas claras que recopilen toda esa sucesión de decretos e instrucciones que año tras año han ido generando cuantos gobiernos hemos tenido y optar de una vez por un sistema más rápido y eficaz que, con la normativa actual, no parece muy factible por mucho que los ordenadores agilicen la gestión.