Menú

Gabinetes y formación

Los socialistas de todos los partidos no creen que frente a la sabiduría bienintencionada de los gobernantes deban erigirse obstáculos a su coacción política y legislativa, y proceden en consecuencia

doneloys dijo el día 27 de Febrero de 2012 a las 23:08:

Lo de la bondad natural del socialismo, está tan (extrañamente) metido en la mente de algunas personas (curiosamente, más que en ningún sitio, en las sociedades que son o han sido "católicas"), que es muy habitual criticar a socialistas (incluso por personas liberales o conservadores), diciendo de ellos: ¡Qué vergüenza, fulanito, ese no tiene nada de socialista...! o bien, ante la última que ha hecho alguno de ellos: ¡¡Y luego dirá que es socialista!! Y es justamente lo contrario... ¡¡Precisamente es un peligro público, en todos los sentidos, porque es socialista!!

jorgescc dijo el día 27 de Febrero de 2012 a las 22:53:

Profesor, entiendo que al Estado actual, al que me permito calificar como "caníbal", sólo se le puede cambiar si se le controlan los ingresos.
Si el Estado es libre para imponer gravámenes crecientes es irreformable porque teniendo asegurada su "bolsa" no verá nunca el momento de ahorrar.
Si no modificamos la situación apuesto a que llegará el día que el Estado recaude el 100% de los ingresos de los ciudadanos, devolviéndoles sólo lo que estime necesario que necesitan para sobrevivir. Al tiempo.
La solución pasa porque los Estados renuncien a cobrar impuestos. Simplemente.
Por ello propongo la adopción de una forma política distinta a la estatal: el paraíso fiscal.
No es una boutade. Le remito al blog "el único paraíso es el fiscal"

jose_lui dijo el día 27 de Febrero de 2012 a las 21:21:

Si hay algo que caracterice al ser humano es su soberbia. La prueba es que eligió como nombre de su especie el de "homo sapiens". Sería más adecuado la de "homo superbus". Sigmund Freud interpretó el pasaje del Génesis donde dice que "Dios creo al hombre a su imagen y semejanza" en sentido inverso. Fue el hombre quien se imagino a Dios, que todo lo sabe y todo lo puede, como él se imaginaba a sí mismo. No es extraño que los gobernantes, faraones y emperadores romanos se hayan sentido dioses.
El control del poder es esencial para la convivencia. La república romana elegía sus magistrados con poder ejecutivo por parejas. Cada cónsul podía vetar las decisiones del otro, magnífico ejemplo de separación de poderes. Previeron que en situaciones de emergencia podían prescindir de esta dualidad y confiar sus asuntos a un único "dictador" durante un periodo limitado de seis meses. Hubo dictadores como Lucio Quinto Cincinato que, resuelta la emergencia para la que fue nombrado y antes de expirar el plazo de seis meses retornó a labrar sus campos. En otros casos, Mario, Sila, Pompeyo, Cayo Julio César, y otros la vuelta a la normalidad fue más difícil. El hijo adoptivo de este último, Octavio, terminó con la república romana y se constituyó como emperador. El apodo de Cayo Julio César, se perpetuó en lenguas no latinas como Kaiser o Zar.

paserifo dijo el día 27 de Febrero de 2012 a las 07:28:

Claro. Si hay libertad es posible que pasen cosas malas. En cambio, si se promulga una ley que prohiba hacer mal las cosas, entonces sí que estaremos protegidos para siempre de cualquier error o perfidia concebible. No sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes.

En un futuro próximo, el socialismo se cambiará de nombre y será conocido como «Gobierno Científico».

leosaba dijo el día 26 de Febrero de 2012 a las 23:04:

Pues también podemos llamar ignorancia a ese pensamiento predominante, ignoracia supina que el DRAE define como: "que procede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse".