Hasta el tercer trimestre de 2011, última estadística confeccionada por el servicio de estudios del Banco de España, las agencias, organismos, empresas públicas y otros "entes" creados por las comunidades autónomas, acumulaban una deuda pública por importe de 15.495 millones de euros.
La autonomía cuyas empresas públicas baten todos las plusmarcas negativas en la materia es Cataluña, cuyos organismos autónomos tenían a finales de 2011 una deuda viva de 7.824 millones de euros, un poco más de la mitad del total autonómico, gracias a que la gestión del Tripartito multiplicó por tres el endeudamiento de los cientos de empresas públicas y otros chiringuitos creados durante sus dos legislaturas. Muy lejos de Cataluña, en segundo lugar, está la Comunidad Valenciana, cuyas empresas públicas deben 1.694 millones de euros, lo que supone un 11% del total.
Se da la circunstancia de que ambas comunidades autónomas son las que, a su vez, están más endeudadas en términos globales. En concreto, Cataluña tenía en el tercer trimestre de 2011 una deuda viva de 39.268 millones de euros (29% del total), mientras que Valencia ha de devolver 20.469 millones de euros, lo que supone el 15% de toda la deuda pública emitida por las autonomías. Esto supone que a cada catalán, sea cual sea su edad, le corresponderá pagar en el futuro 6.246 euros para liquidar solamente los prestamos negociados por su comunidad autónoma, mientras que un valenciano tendrá que hacer frente a 4.281 euros. Por su parte, cada madrileño tendrá que soportar el pago de 2.593 euros, menos de la mitad que un ciudadano de Cataluña.
Sumando la deuda propia de las comunidades autónomas y sus organismos dependientes, las autonomías españolas debían a los mercados financieros 150.646 millones de euros antes de finales de 2011, cifra que en estos momentos es sensiblemente superior a tenor de los lanzamientos de bonos patrióticos que se han ido sucediendo en los meses recientes.