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Productos de ahorro

Seguro de rentas vitalicias: ¿mejor que los depósitos tradicionales?

Este producto de ahorro cada vez tiene más peso en el mercado y permite complementar una pensión de jubilación.

Preocupados por la seguridad de nuestros ahorros dentro de unos años, muchos han optado por productos bancario con características a largo plazo con los que podamos obtener una buena rentabilidad mes a mes y escasos o nulos gastos.

Los seguros de rentas vitalicias son un producto de ahorro que cada vez tiene más peso en el mercado y que permite complementar una pensión de jubilación. Está pensado para ahorradores en una edad próxima a la jubilación o incluso ya superada, que recibirán cada mes un interés por sus ahorros que puede oscilar entre el 3 o el 3,5%.

Es habitual que al ahorrador mayor que entra por la puerta de la sucursal buscando renovar su depósito a plazo fijo se le ofrezca en su lugar un seguro de rentas vitalicias, argumentando que dan mayor rentabilidad y su fiscalidad es mucho mejor. Veamos lo que hay de cierto en ello.

Funcionamiento de los seguros de renta vitalicia

Al contrario que los depósitos, que tienen un plazo concreto en el que finalizarán y en el que podremos disponer de nuevo de nuestro dinero, los seguros de renta vitalicia están pensados para una inversión de futuro, que no podremos rescatar íntegramente, salvo los beneficiarios tras el fallecimiento del asegurado.

Los seguros de renta vitalicia permiten recibir un interés atractivo mes a mes, siempre que el perfil del cliente se ajuste a unas características muy concretas: una cierta edad y un nivel de ahorro constituido a lo largo de los años que suponga una cantidad de dinero aceptable.

Uno de los aspectos más señalados de este producto es su naturaleza vitalicia, es decir, el ahorrador percibirá una renta mínima (todos los meses, trimestralmente, etc.) con la garantía de un interés concreto (en el que puede influir la edad, sexo y esperanza de vida) que durará hasta su fallecimiento. Cuanto mayor sea la cuantía presentada a la hora de contratar el producto y menor la esperanza de vida del interesado, más será la renta que se recibirá mensualmente.

Habitualmente, el ahorrador contrata una cobertura por fallecimiento, o conocido también como seguro de vida, de modo que si el asegurado falleciese, sus beneficiarios recibirían una prima única, que puede asegurar el dinero inicial invertido o un porcentaje menor o mayor. En el caso de que el seguro esté a nombre de dos personas, mientras vivan, ambos cobrarán el 50 por ciento de la renta. Si fallece uno de los dos, el superviviente cobrará el 100 por cien.

¿Cómo tributa fiscalmente el seguro de rentas vitalicias?

Una de las principales ventajas de este producto de ahorro, es el excelente tratamiento fiscal. La prima única que se entrega en el momento de contratar el seguro no es deducible en la base imponible del IRPF ni tampoco como gasto de actividad profesional.

Las rentas percibidas por el asegurado son tratadas como rendimientos de capital mobiliario, si bien a partir de los 60 años del ahorrador cada vez hay una parte mayor exenta de tributar en el IRPF.

La prestación que obtengan los beneficiarios que haya declarado el asegurado tras su fallecimiento, tributará en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuantía que será determina da en función del parentesco entre asegurado y beneficiario

Beneficiarios del seguro

Hay que tener mucho cuidado de plasmar correctamente por escrito los beneficiarios del seguro, ya que por defecto el contrato no suele poner a los herederos legales (los que tenemos en el testamento, si hemos hecho).

Normalmente si no se dice nada los beneficiarios del dinero son, de forma excluyente:

  • Cónyuge
  • Descendientes vivos
  • Ascendientes vivos
  • Herederos legales

Es importante tenerlo en cuenta para que no ocurran injusticias en un futuro, por ejemplo que nuestros nietos mencionados en el testamento no cobren la parte de este dinero que les correspondería por no haberlos puesto de beneficiarios.

Seguro de renta vitalicia o un depósito a plazo fijo

Frente a la ventaja fiscal y su interesante rentabilidad, la renta vitalicia también ofrece un importante inconveniente: su rescate. Al contrario de lo que ocurre con un depósito a plazo fijo que podemos recuperar en cualquier momento, bien con una penalización sobre los intereses, o bien sin ningún tipo de coste, en la renta vitalicia nunca recuperaremos por completo el dinero que hayamos invertido.

Al contratar un seguro de este tipo, la compañía aseguradora o la entidad bancaria destina parte del dinero a la reserva matemática y el resto lo reinvierte en otros producto, adquiere inmuebles, etc.

De modo que, en caso de necesitar nuestro dinero, tendremos que vender lo que la entidad a adquirido con él (sea acciones, fondos, o cualquier otro producto) y nunca lo recuperaremos al completo, a no ser que dicha renta tenga un plazo concreto, que en la mayoría de los casos no suele ser menor a 30 años.

Por lo que, un seguro de rentas vitalicias será una excelente opción si tenemos unos considerables ahorros que sabemos que no vamos a necesitar, tenemos una cierta edad y queremos disfrutar de un extra durante nuestra jubilación y dejar ese capital a nuestros herederos.

Si, por lo contrario, somos jóvenes, tenemos pequeños ahorros y tenemos intención de invertir o utilizar ese dinero para otros fines a corto plazo, el producto más seguro y rentable será el depósito bancario.

Pinche en la tabla para acceder a los mejores depósitos del momento

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