Quienes este sábado participaron en la cumbre de presidentes autonómicos del PP celebrada en Génova recibieron una orden expresa de Mariano Rajoy: no filtrar "nada" a la prensa de lo que aconteciera en las más de tres horas de reunión. En concreto, según uno de los participantes, reclamó "discreción" a fin de que la cita pudiera ser más fructífera.
Así las cosas, varios barones autonómicos explicaron, a través de mensajes de texto, que "no podían" contar nada más allá de lo expuesto por María Dolores de Cospedal al término, en rueda de prensa, porque "debo obedecer" al presidente del Gobierno. "Nos ha venido a decir que nos estuviéramos calladitos", resumió un invitado.
Al acto, celebrado en la segunda planta de la sede popular, acudieron todos los presidentes regionales del PP -con cargo institucional o sin él-, la cúpula del PP -presidente, secretaria general y vicesecretarios- y una representación del Gobierno compuesta por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Luis de Guindos (Economía), Cristóbal Montoro (Hacienda) y José Manuel Soria (Industria).
En línea con la discreción buscada por el PP se llegó a cambiar, incluso, la cobertura del acto. Si en un primer momento la intervención del presidente iba a ser en abierto, después se decidió que fuera Cospedal la que hiciera "una declaración" que después, tras las críticas de los periodistas, pasó a ser una comparecencia convencional.