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Rajoy incluye la reforma del Estado en los informes que enviará a Bruselas

Madrid envía los deberes a Bruselas. Dos planes, con un cuadro macro hasta 2015, para cumplir con el déficit. Rajoy defiende su política de acción.

Paso decisivo del Gobierno en su intención de que la Unión Europea respalde su plan de acción para conseguir, como fin último, situar el déficit público en el 3% en 2013. Mariano Rajoy dio luz verde a los dos informes que, tras pasar este viernes por el Consejo de Ministros, serán remitidos a Bruselas, que antes de verano dará un veredicto sobre los mismos. En concreto, se trata del Plan Nacional de Reformas -que incluye el cuadro macro del país para los próximos tres años- así como el Programa de Estabilidad.

El último capote se dio en la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, que se celebró en el palacio de la Moncloa. En la misma, el presidente del Ejecutivo insistió en el compromiso de cumplir con el objetivo de déficit, como elemento indiscutible para crear certidumbre, independientemente del debate que se está generando a raíz de las elecciones francesas. Y es que, arguye su entorno, España también ha sido siempre favorable a políticas de reactivación de la economía, y de ahí que firmara la famosa misiva en la que se vieron implicados doce países -entre ellos Inglaterra e Italia- para impulsar un plan de crecimiento.

En el dossier que antes del treinta de abril -este mismo lunes- será remitido a Bruselas destacan varios apartados muy destacados. El primero, es el cuadro macro para el periodo 2013-2015, en el que el Ejecutivo argumenta la reducción del déficit y la evolución de la economía española. El Gobierno espera que los números empiecen a ser positivos a partir de 2013, en línea con la promesa del presidente de salir del túnel "a medio, largo plazo". Además, busca espantar, de una vez por todas, el fantasma de la "improvisación", al presentar un proyecto para un periodo largo de tiempo.

El documento también incluye las líneas generales del plan de reordenación del Estado, que ya está casi finiquitado y que a primeros de mayo pasará por la mesa del Consejo. El objetivo: poner fin a las duplicidades, desinflando la maraña de organismos de la administración. No se excluye la eliminación de empresas públicas y organismos reguladores; extremo en el que trabajan, codo con codo, el ministro Cristóbal Montoro con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

"Una competencia, una administración", prometió Rajoy, a modo de titular. De hecho, una de las primeras medidas que tomó nada más llegar al poder fue la de crear un grupo de trabajo para analizar las duplicidades, e incluso triplicidades, así como los solapamientos en el ejercicio de funciones de los niveles administrativos: Estado, comunidades, diputaciones y ayuntamientos. En voz de un alto cargo de la administración, "se está analizando que administración presta que servicio para que nunca más dos administraciones hagan lo mismo".

Por otro lado, la Comisión Delegada, que reúne a los ministros de Hacienda, Fomento, Empleo, Industria, Agricultura y Economía así como al director de la Oficina Económica del presidente y secretarios de Estado clave en materia económica, también abordó la Ley de Emprendedores o la de Mercado Único, que se incluyen en el paquete de reformas que serán enviadas a las instituciones comunitarias.

Ya en rueda de prensa, tras despachar con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, Rajoy defendió su proceder en la crisis, traducido en ajustes y reformas. Fue muy claro en este sentido: "La política de austeridad no es una política de Angela Merkel. Es la política de la UE, del euro, de un proyecto en el que todos estamos porque los hemos querido voluntariamente", afirmó.

El presidente, por tres veces, llamó a una política en mayúsculas. En no caer en sectarismos, sino en "cosas grandes". El destinatario no era otro que las comunidades, en especial Cataluña. Rajoy no quiso hablar de intervención, ya lo hace por él Montoro, pero de forma velada sí que dejó bien claro que la situación no es fácil. "Es el momento de hacer cosas juntos", defendió, rechazando entrar en "líos" o "discusiones".

Rajoy recordó todo lo hecho por las comunidades, incluido el plan de proveedores y la nueva línea ICO. Lo hizo para pedir algo a cambio: "Colaboración". Preguntado por la posibilidad de que los ajustes se traduzcan en una "primavera caliente" en la calle, respondió con firmeza: "Vamos a cumplir. Si no, no seríamos dignos servidores de nuestro país".

"España somos todos. En una situación tan difícil como la que estamos en estos momentos, toca hacer política con mayúsculas y actuar con una visión a medio y largo plazo, ocuparse de lo importante, del interés general", se reafirmó. Y eso a pesar de las decisiones difíciles y complicadas, como las que este viernes volverán a ponerse encima de la mesa, cuando el Consejo de Ministros mande a Bruselas el mensaje inequívoco de cumplir con el déficit, con todo lo que eso conlleva. 

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