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Rajoy se compromete a tomar las "medidas necesarias" para salvar el sistema

Rajoy se marcó tres objetivos: déficit público, control de la deuda y crecimiento. El resto, dijo, no le preocupa. Tiene "ánimos" pese a la situación.

Mariano Rajoy cree en su plan de acción, y dice que eso le insufla “ánimos” ante una situación extremadamente delicada, con la prima de riesgo en escalada y la Bolsa anotándose el peor registro desde que estallara la crisis. Dibujó tres grandes pilares, a los que se ciñó en constantes ocasiones: control del déficit público sí o sí, sostenibilidad de la deuda soberana y políticas de crecimiento. La receta no es nueva, pero su firmeza cobra gran significado tras las elecciones francesas y a las puertas de importantes citas en Bruselas.

El presidente solemnizó que este triángulo de acción lo defenderá en cualquier foro internacional al que se le invite. El mensaje lo lanzó en un auténtico miércoles negro, con el Gobierno casi al completo junto a él en Oporto, pero tomando decisiones muy importantes a caballo con Madrid. En Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría presidió la reunión de los subsecretarios de Estado, en la que se abordan la inmensa mayoría de asuntos que se llevan al Consejo de Ministros.

El papel del Gobierno sobre Bankia

En una comparecencia conjunta con su homólogo portugués, Pedro Pasos Coelho, Rajoy dejó entrever, a preguntas de este diario, la nacionalización de Bankia que se produciría horas después; entidad que más preocupa al Ejecutivo, y que -en su opinión- lastra la confianza del sistema financiero. El jefe del Gobierno quiso envolver al nuevo equipo directivo en la bandera de la independencia: “Se van a hacer cargo de la entidad, evaluarán la decisión y las condiciones pertinentes”, expuso, sin citar en ningún momento a Rodrigo Rato, su antiguo compañero de gabinete en la época de José María Aznar. Sí que quiso mandar un mensaje de “tranquilidad”, sobre Bankia y el sistema financiero “en su conjunto”. Y, en este sentido, mentó la reforma aprobada en el mes de febrero y la que será aprobada este viernes para incidir en la necesidad “capital” de que vuelta el crédito porque “sin él no hay ni inversión, ni crecimiento, ni empleo”.

Capítulo aparte le dedicó a los activos inmobiliarios de las entidades que no ven salida, y puso negro sobre blanco al apuntar que uno de los objetivos del Ejecutivo “es que se venda viviendas”, y en ello irán las medidas que se van a aprobar “el próximo viernes y antes”; guiño este último que en el que muchos vieron la sombra de Bankia, como después así se constató. De hecho, fuentes gubernamentales expusieron que el presidente “no puede adelantarse a un anuncio que tiene que venir de la empresa”. Tras ello, explicaron, el Gobierno “arropará la decisión” y dará vía libre a la entrada de capital público, previsiblemente en el Consejo de Ministros.

Tajante respuesta a las CCAA

Frente a “momentos difíciles y duros”, Rajoy defendió su modus operandi: “El Gobierno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Determinación, coraje e ideas claras”, sentenció. Decisiones de “calado” y que, expuso, se irán tomando intentado hacer el menor caso posible a los vaivenes de los mercados o las reclamaciones de las comunidades autónomas. “Sabemos lo que hay que hacer y a partir de ahí hay momentos de mayor dificultad” y “como es lógico lo que está ocurriendo en otros países nos afecta”, respondió, en relación a la prima de riesgo.

La salida de la crisis “tardará tiempo, probablemente”, pero Rajoy recalcó que es “el único camino posible” y, en esa senda y con insistencia, mentó la disciplina fiscal. El debate, en su opinión, no es cómo relajar los plazos, sino cumplirlos. Por ello, España intentará por todos los medios cumplir con el 3%, aunque finalmente Bruselas flexibilice el objetivo para 2013. Un extremo que llegó a tachar de "urgente". Su determinación despertó el encendido elogio de Passos, que ve en las medidas emprendidas por el país vecino el camino a seguir. Además, admitió que su situación es diferente a la de España, ya que Portugal está intervenida por la UE y no tiene margen de maniobra.

Rajoy reclamó huir de los “análisis” para pasar a la acción: “Saber lo que hay que hacer y hacerlo”. Extremo que enlazó con las quejas de algunas comunidades, en particular Cataluña y País Vasco. “No estoy preocupado por eso”, contestó tajante. “Lo que me preocupa es la realidad que estamos viviendo, y lo que me anima es que sabemos lo que tenemos que hacer aunque tarde tiempo”, añadió. Y es que, como suele decir en conversaciones informales, intenta insonorizarse del ruido para centrarse en lo importante.

El presidente, como también es habitual en él, tenía preparada la respuesta sobre Bankia y el sistema financiero -sus papeles le delataban-, pero dejó de leer para apuntalar con vehemencia el mensaje de que el Gobierno tiene un plan y está decidido a cumplirlo cueste lo que cueste. “Adoptaremos todas las medidas necesarias para la estabilidad del sistema”, zanjó. Junto a ocho ministros y varios secretarios de Estado, Rajoy transmitió esta misma idea a empresarios españoles y lusos, al Ejecutivo anfitrión y a todo aquél que quisiera escucharle. Está convencido de que, a pesar del complicado miércoles vivido, España acabará saliendo de la crisis.

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