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Metro accesible

Es interesante que ninguna de las personas que protestaron hizo mención alguna al hecho de que esa tarifa no cubre el coste total del transporte, como no lo cubre tampoco en el caso del tren o los autobuses urbanos.

Ferque dijo el día 24 de Mayo de 2012 a las 10:15:

Sería interesante que Rodríguez Braun diese una dirección de correo electrónico para comentar directamente con él. El correo electrónico que aparece en su web http://www.carlosrodriguezbraun.com/ no funciona.

Ferque dijo el día 23 de Mayo de 2012 a las 23:00:

El automovil privado recibe varias subvenciones (aunque sean subvenciones en especie y no en dinero):
1º La construccion de carreteras, que se financian con impuestos. Con esto resulta que las carreteras se financian también con los impuestos de personas que no las usan o que las usan poco.
2º El mantenimiento de las calzadas de las calles y de las carreteras, igualmente financiadas con impuestos.
3º Los gastos de regulacion del trafico (Policia Municipal, Guardia Civil de Trafico, etc.)
4º Gastos policiales y judiciales en relacion con el automovil privado.
5º El bien escasisimo “espacio libre para circular”.
6º El bien escasisimo “espacio libre para aparcar en la calle”.


Por tanto, para que resulte aceptable suprimir las subvenciones al transporte público, habra que suprimir también las tremendas subvenciones al insaciable automovil privado.

Ferque dijo el día 23 de Mayo de 2012 a las 22:59:



También esta la cuestion del espacio ocupado para circular. Un automovil privado suele tener unos cuatro metros de longitud. Ademas necesita unos cuatro metros adicionales como distancia de seguridad para circular. Por tanto, el espacio ocupado por un automovil privado es, aproximadamente, unos ocho metros. Esto es un calculo aproximado, claro esta, depende del tipo de automovil y de la velocidad que tenga. Un autobús suele tener unos doce metros de longitud. Contando una distancia de seguridad de cuatro metros, serian en total dieciséis metros. Esto es variable, depende del modelo de autobús y de la distancia de seguridad. Si un automovil privado lleva solamente a una persona (que es lo mas habitual) resulta que ocupa unos ocho metros por persona transportada. Si un autobús lleva a 64 pasajeros, serian 0,25 metros por persona transportada. Si un autobús lleva a 38 pasajeros (todos sentados), serian 0,42 metros por persona transportada. Si llevase a 12 pasajeros serian 1,33 metros por persona transportada. Si llevase a 2 pasajeros, serian 8 metros por persona transportada. Por tanto, esta claro que un autobús (incluso un autobús “casi vacio”) ocupa mucho menos espacio en proporcion a las personas que transporta que un automovil privado. El Metro no ocupa ningún espacio de la calle. El automovil privado es un desperdicio de espacio. El automovil privado devora la ciudad.

Teniendo en cuenta los atascos que sufre Madrid con frecuencia, queda claro que el bien escaso “espacio libre para circular” es un bien muy escaso que no se sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Como resulta que el automovil privado ocupa mucho mas espacio, en proporcion a las personas que transporta, que un autobús, ocurre que el 95 % del espacio ocupado se usa para transportar al 35 % de los viajeros. Como resulta que el bien escaso “espacio libre para circular” es gratis, tenemos aqui un mercado muy distorsionado.

Ferque dijo el día 23 de Mayo de 2012 a las 22:50:

En dicho artículo habla del Metro y también menciona los autobuses. Sin embargo, no menciona a otro medio de transporte: el automóvil privado. Habla usted de mercados distorsionados. Pues resulta que el automóvil privado tiene precisamente un mercado mucho más distorsionado que el transporte público.

El punto de vista liberal es que los bienes escasos deben estar sujetos a la ley de la oferta y la demanda. Cuando un bien escaso es gratuito y la demanda no es rígida, se produce una distorsión tremenda: los que consiguen el bien no son los que pujan en el mercado sino los que, por casualidad, llegan primero. Por ejemplo, los que llegan primero a la tienda (de ahí las colas en las tiendas de la antigua Unión Soviética).

Veamos ahora qué ocurre con el automóvil privado. Un automóvil privado, la mayor parte del tiempo, está ocupando una gran cantidad de espacio de forma improductiva, es decir, sin transportar a nadie. Cuando un automóvil privado está aparcado en una plaza de garaje o en un aparcamiento de pago, está ocupando un espacio, sí. Pero un espacio que ha sido pagado por su propietario. Pero un automóvil privado aparcado en la calle está ocupando (casi siempre de forma gratuita) una cantidad enorme de espacio. Resulta que el bien escaso “espacio libre para aparcar en la calle” no está sujeto a la ley de la oferta y la demanda. Esto supone un privilegio especial: el automóvil privado (y otros vehículos: camiones, furgonetas, taxis, etc.) es el único objeto que se puede almacenar gratis en la calle. Esto supone un mercado distorsionado: el que se lleva el bien escaso “espacio para aparcar” es el que llega primero. Esto ya supone una injusticia: de dos automovilistas puede ocurrir que uno de ellos tenga su aparcamiento gratis en la calle (mientras que el otro se ve forzado a recurrir a un aparcamiento de pago) solamente por haber llegado antes. Que el bien “espacio libre para aparcar en la calle” es un bien escaso y muy escaso es obvio para el que conozca las dificultades para aparcar.

Ferque dijo el día 23 de Mayo de 2012 a las 20:07:

Veamos, sin embargo, que Rodríguez Braun habla del Metro. Pero creo que hubiese sido muy oportuno que hubiese mencionado un medio alternativo mucho más subvencionado: el automóvil privado. El automóvil privado supone una cantidad enorme de espacio para circular y aparcar. Pero resulta que la construcción y mantenimiento de calzadas y carreteras para el insaciable automóvil privado se financia con impuestos.

El hecho de que el uso de carreteras sea gratuito supone una subvención (se llame como se llame).

Los inconvenientes de las subvenciones son mucho peores cuando son para el automóvil privado.

berdonio dijo el día 20 de Mayo de 2012 a las 19:59:

No deja uno de asombrarse. No faltan audaces dispuestos a contestar con la primera simpleza que les viene a la mente, sin el menor pudor, las siempre lógicas y atinadas reflexiones de Rodríguez Braun.

Somete a juicio el profesor el cinismo o la desidia de quienes pretenden socializar los gastos excitando el noble instinto, tan humano, de recibir los beneficios y endosar los costes a otros, obviando que es un mal negocio pagar por algo más de lo que se valora, aunque su precio sea superior. Sí, si sólo me conviene pagar cuatro por un billete que vale diez, haré el canelo pagando cinco aunque haya coaccionado a mi vecino para que me abone el resto del billete. La trampa socialdemócrata no sólo es un evidente mal resultado colectivo, sino que, para la mayoría, lo será incluso individual.

Pero pretender desacreditar conclusiones de pura lógica aduciendo que no contienen abstrusas formulitas matemáticas ni se basan en simulaciones informáticas es de una ignorancia supina y de un paletismo ridículo. Reproches que, por cierto, bien se podrían dedicar a la coactiva gestión pública de recursos, que en nada se halla respaldada por ninguna clase de razonamientos cuantitativos ni experimentales.

Dice alguno que el mundo está obligado a procurarle medios suficientes para no tener que verse rebajado a trabajar en el Carrefour, incluso los desgraciados -¡qué horror, Maruchi!- que trabajan en tan denigrante lugar. Según esa lógica también deberíamos garantizarle la vivienda, alimentación, vestido, ocio, mujeres y cualquier otra necesidad “suficientes” (a saber cuáles serán los estándares del señorito) para que su bienestar y buena disposición tal vez le conviertan en un eficaz agente productivo capaz de devolver al menos parte de lo que ha recibido por la patilla (lo que no pueda evadir al extranjero). Si en el proceso algo se tuerce, que se torcerá, la sociedad pierde pero a él que le quiten lo bailao. Ahora le invitaría a aplicar algo de matemática muy elemental para averiguar que tal desperdicio sólo será sostenible, aunque muy ruinosamente, si el nivel de servicio público está muy por debajo del que cada uno se podría garantizar de manera privada. Cuestión de números.

FrankCas dijo el día 17 de Mayo de 2012 a las 20:05:

[1MA]

Incidir en las posibles faltas de estilo o gramaticales de otros cuando al mismo tiempo pretendes criticar con total desconocimiento la materia, los autores y los temas tratados no solo es de sobervios, es efectivamente de ser gilipollas y gentuza. Caracteristicas que no son incompatibles entre si y que por cierto son muy comunes entre los trolls anticapitalistas o antilibertad.

Pero bueno no perdamos la esperanza. El propio Hayek comenzo siendo socialista y un buen dia (cuando conocio a Luding Von Mises) se cayo del guindo.



[Amagi24]

"el ferrocarril es un monopolio natural" esto asi expresado es FALSO. Puede ser natural (surgido en el libre mercado sin coaccion de ningun tipo) o artificial (impuesto coactivamente por el estado). Y desde luego no lo es por una cuestion fisica como ejemplifica usted "no pueden llegar dos trenes por la misma línea a la misma hora". Desde luego que no pueden, pero un competidor perfectamente podria construir una linea paralela con mismo o casi igual recorrido y trayecto. Otra cosa es que ese proyecto fructifique o fracase pero eso ya lo decidiria el mercado (los consumidores mas concretamente). Asi que de natural nada. Y de monopolio, de serlo, estaria por ver.

Con estas premisas falsas, el resto de su exposicion para apoyarla sobra, pero como colofon a mi contrargumentacion dejare que sea MILTON FRIEDMAN quien le refute con el caso estadounidense (extraido de la serie "libre para elegir"): http://xurl.es/kvfzk



[MotaOne]

HUERTA DE SOTO RULES!!!!!!! El video al que te refieres es este: http://youtu.be/LQNyoJakdNE
Que pertenece a esta leccion: http://www.anarcocapitalista.com/JHSLecciones10.ht...

pato90 dijo el día 17 de Mayo de 2012 a las 13:35:

Con matemáticas se puede dirigir un cohete a la luna, cosa que por cierto sirve para poco, pero para dirigir paises hacen falta conocimientos más complejos, sobre todo jurídicos y también económicos. El neoliberalismo total y absoluto es un concepto típicamente matemático porque solo puede darse en la luna o en marte. Un auténtico matemático estará en su mundo y hará lo que el ruso que rechazó el premio de un millón de dólares, o formará una secta como Pitágoras. Debe ser uno de los colectivos mas incapaces para gobernar colectividades. Se cuenta de Einstein que visitó Toledo y Ortega y Gasset empezó a hablarle de la historia de Toledo. Le cortó el primero: mire a mi la historia me importa poco.

shakhaye dijo el día 16 de Mayo de 2012 a las 23:48:

1MA
Lo más importante en el liberalismo es su teoría moral, su defensa insobornable de la libertad, que además lleva aparejada la prosperidad como no podía ser de otra manera, ya que los seres inteligentes y creativos necesitan un ámbito de libertad para pensar y ejecutar acciones. Esto, que es tan sencillo en apariencia, no es entendido fácilmente por muchísimas personas, debido principalmente a una pasión llamada "envidia"
Además, los modelos matemáticos de los economistas liberales son bastante más complejos y necesitan más las matemáticas que los modelos basados en la coacción y la planificación, puesto que en estos últimos el número de variables en juego es mucho menor que en aquellos.
Espero que esta nota le de algo más de contenido a la polémica de las matemáticas. El sentido común y, sobre todo, los principios morales, no se basan sólo en las matemáticas, ni siquiera principalmente.

pato90 dijo el día 16 de Mayo de 2012 a las 12:14:

Pues yo pienso que los que dirigen el mundo seguirán siendo de derecho y económicas, sobre todo de derecho, y los ingeniosos ingenieros seguirán trazando los puentes siempre que les den fondos y les digan por donde van a pasar políticos abogados. Y al frente de las grandes empresas también abundarán los conocimientos económicos y jurídicos.