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Repsol admite que su dividendo actual es "insostenible"

Antonio Brufau anuncia que ampliará capital y que el nivel de remuneración a los accionistas se reducirá en los próximos ejercicios.

Repsol ha presentado este martes su Plan Estratégico 2012-2016. Lo ha hecho Antonio Brufau, presidente de la compañía en la que será nueva sede de la empresa, un precioso edificio situado en la calle Méndez Álvaro de Madrid en el que ya luce el renovado logo de la compañía.

Las claves que marcarán el futuro de la empresa en el próximo quinquenio son: más inversión con el objetivo de incrementar el beneficio hasta el doble, reducción de la deuda para convencer a las agencias de rating en un entorno complicado, ampliación de capital y venta de autocartera, y un nuevo enfoque más centrado en la extracción y descubrimiento de nuevos yacimientos. En el lado negativo, Brufau ha reconocido que los 1,16 euros por título que cobraron los accionistas en 2011 será difícil que se repitan.

Sobre YPF, Brufau se ha mostrado convencido de que antes o después Argentina negociará y pagará el precio requerido. Eso sí, en lo que hace referencia al futuro, la ex filial no tiene ningún peso. Repsol asume que ya no es parte de la compañía y hace sus planteamientos sin tener en cuenta los posibles ingresos que pudieran llegar como compensación por la "confiscación".

Deuda, acciones y Gas Natural

Desde el punto de vista financiero, la presentación de Brufau y las preguntas de los periodistas han estado marcados por tres temas fundamentales con mucho en común. En primer lugar, los planes de la petrolera para reducir su deuda casi a cero de aquí a 2016. También ha tenido importancia la política de ampliación de capital y de venta de su autocartera. Por último, el presidente de la compañía ha reafirmado su compromiso con Gas Natural (compañía de la que poseen un 30%).

La deuda neta de Repsol a finales de año sumaba unos 6.800 millones de euros y tenía unos 3.000 millones emitidos en preferentes. A esto habría que sumarle los 1.500 millones que los Eskenazi deben a la compañía por la compra de su participación en YPF (y que ahora la empresa asume que no cobrará). Precisamente, éste ha sido un tema relevante de la presentación porque desde la expropiación de la filial argentina, la petrolera española ha sido castigada por las agencias de rating. Por eso, su objetivo es reducir casi a cero su nivel de endeudamiento en los próximos ejercicios, para demostrar su solidez financiera. Para conseguirlo, Brufau ha apuntado cuatro vías:

  • Se ofrecerá el paso a capital a los poseedores de acciones preferentes que acumulan unos 3.000 millones de euros.
  • En segundo lugar, Brufau ha recordado que los 2.000 millones de euros de la deuda de YPF (y que estaban en los balances de Repsol a finales de 2011), han pasado a ser un problema de Cristina Kirchner.
  • Además, Repsol acometerá en los próximos ejercicios un plan de desinversiones de activos no estratégicos que le reportará, según sus cuentas, unos 2.100 millones.
  • Por último, la compañía venderá toda la autocartera en su poder. En diciembre de 2011, se quedó con la mitad de las acciones que poseía Sacyr (un 10% del total). Ya ha vendido un 5% con unos ingresos de 1.360 millones. "A lo largo del año", sacará al mercado el resto y calcula que, incluso admitiendo minusvalías, podrá sacar unos 1.000 millones más.

La mayor pega a todo este plan podría venir del lado de los accionistas. Tanto la venta de un 5% de autocartera como la ampliación de capital por las preferentes podrían dañar a corto plazo el valor de los títulos. Brufau ha asegurado que estas operaciones no diluirán el valor por acción más del 6-7% de aquí a 2016. Eso sí, ha admitido que los dividendos de 1,16 euros por título pagados en el último ejercicio serán difíciles de igualar en el futuro, entre otras cosas porque la parte del beneficio destinada a dividendos caerá hasta el 40-55%, frente al 64% del anterior plan estratégico. Todo esto ha provocado que a lo largo de la jornada del martes las acciones de la compañía sufrieran importantes descensos superiores al 5%.

El nuevo y el viejo logo de Repsol

El Plan Estratégico

La parte más positiva de la presentación de Brufau ha estado dedicada al Plan de negocio para los próximos años y a las grandes posibilidades que sus activos le ofrecen. Según sus cuentas, Repsol invertirá 19.100 millones de euros durante los próximos cuatro años y superará los 3.000 millones de euros de beneficio neto en 2016 (sin contar con YPF). Si lograse estos resultados, la compañía casi duplicaría el beneficio neto de 2011 de 1.700 millones de euros.

La nueva estrategia del grupo se basa en cuatro pilares, que son el alto crecimiento en el área de upstream (exploración y producción), la maximización del retorno en downstream (refino y marketing) y el GNL, la solidez financiera y una retribución competitiva a los accionistas.

Los 19.100 millones de inversión se financiarán con la capacidad de generación de caja del grupo, y el 80% de la partida irá destinada al upstream, (extracción y nuevos yacimientos) frente al 19% del Downstream (venta y refino) el 3% de la corporación y el 1% del GNL. La media inversora por año es de 3.800 millones. Dentro del upstream, que se convertirá en el motor de crecimiento del grupo, Repsol espera elevar su tasa de producción a un ritmo anual superior al 7% y alcanzar en 2016 una producción de 500.000 barriles al día.

La actividad de exploración y producción se concentrará en 10 proyectos clave, entre los que se incluyen algunos de los principales descubrimientos de los últimos años y actividades en países como Brasil, Estados Unidos, Rusia, España, Venezuela, Perú, Bolivia y Argelia.

YPF: dispuestos a dialogar

Respecto a la polémica cuestión de YPF, Brufau ha asegurado que harán "todo lo posible" para recuperar su filial. Eso sí, ha admitido que no ve "voluntad de negociar" en el Gobierno argentino, pese a lo cual ha mostrado su completa disposición a dialogar.

También ha adelantado que respecto al 6% que todavía está en manos de Repsol, exigirán una OPA por parte del Estado argentino. Aunque no lo ha incluido en las cuentas presentadas este martes, su posición es que recuperarán los 8.000 millones de euros que les corresponden. No será a corto plazo, porque el proceso podría durar "tres o cuatro años". Y ha lanzado un anuncio a navegantes: "El próximo Gobierno argentino negociará. Éste es un gran país, con políticos sensatos, y no puede tener pleitos con todo el mundo".

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