Menú

Rajoy negocia con Merkel que el BCE actúe tras el "calendario de integración"

A Rajoy le gusta el borrador del Consejo. Pero busca ir más allá. Además de integración fiscal, negocia con Berlín que desbloquee la ayuda del BCE.

Las negociaciones fueron intensas en las horas previas. El mayor fracaso, aseguran desde La Moncloa, sería que el Consejo Europeo que arranca el jueves no esté a la altura de las expectativas provocando el mensaje inverso al deseado, que no hay un compromiso irrenunciable de mantenimiento de la moneda única, provocando lo que han venido a denominar un "cataclismo impredecible" en los mercados.

El documento con el que se trabaja de cara a la cumbre europea -que llegó a Madrid el martes- gusta al Gobierno. Si sus puntos fundamentales se mantienen, el equipo económico del presidente asegura que el viernes habrá un calendario firme -con fechas, no mera palabrería- para alcanzar integración fiscal y unión bancaria a medio plazo. De hecho, este extremo es una de las condiciones primordiales de la misiva redactada por el responsable del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en colaboración con sus homólogos en el BCE, Mario Draghi; la Comisión, José Manuel Durao Barroso; y el Eurogrupo, Jean Claude Juncker.

Mariano Rajoy cree que ha calado la idea de que la situación del euro es delicadísima; que no es cuestión únicamente de España, sino de los estados miembros en su conjunto. "Si nosotros caemos, cae la UE, y esto después de mucho esfuerzo, de muchas negociaciones muy complicadas, empieza a calar en todos los países", expuso un asesor gubernamental. Para dar solución a la crisis, el presidente remitió a los diferentes actores de la UE una misiva -más bien, un auténtico programa de salvación- compuesto por ocho folios en los que decía bien claro que la única vía de escape es ceder soberanía a cambio de más Europa. "Ése es el único mensaje que hoy podría servir. Que el proyecto del euro es para toda la vida".

En este punto, el Ejecutivo también cree que el borrador que se llevará al Consejo les da la razón. Desde la creación de un superministro de Finanzas a la confección de un Tesoro común europeo. Todas las opciones serán evaluadas y estudiadas con sumo interés por España, en tanto en cuanto se avance con "una hoja de ruta clara" para ser "más Europa", y con ello "ya no se hable de España o Italia, sino de todos en conjunto".

Fuentes diplomáticas destacaron a este diario que Francia es la que está poniendo más trabas en los contactos mantenidos. No en la idea de mayor integración -François Hollande ha sido siempre el mayor abanderado de los eurobonos, en un constante choque de trenes con Berlín- sino de ceder soberanía; extremo en el que -a pocas horas- evitaba transigir.

En esta vorágine, el presidente se liberó su agenda de actos en los días previos para encerrarse en su despacho y despachar telefónicamente con sus homólogos de las cuatro potencias europeas. Moncloa volvió a convertirse en una centralita telefónica, en la que Jorge Moragas, jefe de gabinete, fue una pieza clave en los contactos. Se habló mucho con París -ciudad donde se reunieron los ministros económicos y sede del último encuentro entre Hollande y Angela Merkel para acercar posturas- pero también con Alemania.

Precisamente con Merkel, Rajoy redobló su presión para que, además de la integración fiscal y la unión bancaria -mensaje contundente, pero cuyos efectos no serán ni mucho menos inmediatos- el Banco Central Europeo se ponga las pilas y abra el grifo, ya sea inyectando liquidez o comprando deuda soberana. En el Gobierno se acogen a unas reflexiones de Draghi pidiendo a los políticos que se pusieran a trabajar para defender la irreversibilidad del euro antes de que el organismo que dirige tomara ninguna decisión. Tras el Consejo, dicen en Moncloa, las bases ya se habrán puesto.

Así, lo que quiere Rajoy -y así lo está transmitiendo en sus conversaciones- es que de la cita de Bruselas salga una orden concreta al BCE para que mueva ficha. Y es consciente de que tal decisión pasa, en último término, por Alemania. "Esto no significa que se tenga que hacer un anuncio público, en Europa no se trabaja así. Significa que en los próximos días se utilicen los mecanismos que la UE ya tiene para dar solución a la crisis de deuda", argumentó un portavoz autorizado.

Una presión no solo en privado. En la previa a la cumbre, y en la sede de la soberanía nacional, el presidente lanzó públicamente el órdago de que España "no puede financiarse por mucho tiempo a estos precios". Esto es, que el Ejecutivo ve cada vez más cerca un posible colapso si la prima de riesgo sigue en niveles superiores a los 500 puntos y el bono español a diez años bordea permanentemente la línea roja del 7%. "Voy a reclamar rapidez y celeridad", enfatizó. "El tema capital es poder financiarnos en los mercados", insistió Rajoy, que recibió el apoyo del PSOE a su cometido.

"Europa está atravesando la crisis más grave desde su creación. Esta crisis es económica y financiera, pero también de confianza en el futuro de nuestro proyecto colectivo de integración, cuya máxima expresión ha sido la moneda única. El euro está en riesgo. Es necesario que actuemos de forma decidida, a nivel nacional como unitario, para hacer frente a una situación cuyo desenlace es impredecible y pondría en peligro los beneficios en términos de estabilidad y bienestar que el proyecto de integración europeo ha traído para nuestros ciudadanos", expuso el presidente, con total dramatismo, el seis de junio en su carta a Barroso y Van Rompuy. Nada ha cambiado, dicen los suyos. La pelota está en tejado comunitario y, tras el Consejo, "nosotros seguiremos acometiendo las reformas exigidas", incluida la subida del IVA.

Temas

En Libre Mercado