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Rajoy rechaza un enfrentamiento con Berlín y dice que es una victoria común

El supervisor librará al FROB de canalizar la ayuda. Rajoy, satisfecho: "Triunfa el euro".

Mariano Rajoy se definió “tranquilo” pese a haber vivido el que tal vez haya sido uno de los Consejos Europeos más trascendentales de los últimos tiempos, tras una negociación frenética y muy tensa que terminó a las cinco de la mañana del jueves con el anuncio de que el rescate a la banca será directo, y no tendrá que contar con la escolta de los estados. Un estado anímico consecuencia de saber “lo que tenemos que hacer, de saber cuáles son nuestros objetivos”, afirmó el presidente, hoy sí evaporando el fantasma de la irrelevancia de José Luis Rodríguez Zapatero y subiendo a la locomotora europea.

Cansado pero satisfecho. “La clave es marcarse una línea y saber que hay que ir por ahí. Eso es lo que me da tranquilidad y serenidad”, afirmó, en una abarrotada comparecencia de prensa, tras despachar telefónicamente con Alfredo Pérez Rubalcaba y explicarle los pormenores. Todos estaban pendientes de España. Rajoy no quiso hablar de vencedores y vencidos, tampoco de presiones ni órdagos, pero lo vivido durante las trece horas de infarto de tira y afloja reflejan a las claras que se tiró a la piscina, con Italia de acompañante y Francia al auxilio, pero sin tener seguridad total de que no se fuera a dar con el fondo.

“Había que hacerlo”, afirmaron fuentes de la delegación española. No conseguir un compromiso claro y contundente para relajar los mercados -como es, destacan, el mecanismo que permite comprar bonos- hubiera sido la puntilla para un país, España, que llegó a la cumbre con la prima de riesgo rondando los 550 puntos y el bono patrio a diez años cerca del 7%. Había que actuar, y se cogió el toro por los cuernos. Al término de la primera sesión, Rajoy solo acertó a decir "ha habido acuerdo", mientras que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y su homólogo en la Comisión, José Manuel Durao Barroso, informaban a brocha gorda de unos acuerdos que debían dejar “contento” al mandatario español, según este último.

Pero aún queda “mucho camino que recorrer”, según el propio presidente. Será pedregoso pero, a su juicio, se han puesto los cimientos para que en el mundo, y por ende en los mercados, cale la idea de que el proyecto del euro es irreversible. “El euro es el gran vencedor”, insistió en varias ocasiones. Tras dos días intensos, Rajoy pudo volver a repetir los cinco puntos de su política económica -control del déficit público, reformas estructurales en el ámbito nacional, reformas a nivel europeo, medidas para estabilizar la deuda e integración fiscal y unión bancaria- sin que esto supusiera un choque con las conclusiones del Consejo Europeo. “Es una señal política muy clara e inequívoca de que el proyecto europeo es más fuerte y más creíble”.

Todos juntos, sin personalismos. El asunto que más preocupaba era el relativo a la recapitalización de la banca, en medio de un mar de declaraciones que apuntaba a la condicionalidad del acuerdo. Fuentes gubernamentales desmintieron que Rajoy y el presidente del BCE, Mario Draghi -que incidió en la vigilancia- dijeran cosas distintas. “El préstamo a la banca ya tiene estrictas condiciones, que se limitan al sector bancario. Esas condiciones están negociadas y no son macro. Hay condiciones y nunca se han negado, pero se limitan al sector bancario y se están negociando en el memorándum”, se explicó. Cuando se cree el supervisor único -que será el BCE-, antes de 2013, se transferirá al mismo la responsabilidad del FROB como canalizador, y el préstamo se hará directo a la banca.

Rajoy incidió en ello, negándose a entrar en plazos o tecnicismos. Lo importante para él era mandar un mensaje claro a los mercados de que el euro tiene futuro y España está sujeta por sus instituciones. Pero fue difícil, arduo: “Buscar acuerdos entre diecisiete no es fácil. No se piensa igual en todo, eso es humano. No ha habido presión de nada sino un planteamiento de defender el euro, el gran triunfador”, emplazando a la reunión del Ecofín del día nueve de julio para conocer la letra pequeña.

Se le preguntó qué hubiera pasado si no se hubiera forzado la negociación, si Madrid y Roma no se hubieran plantado bloqueando el pacto del crecimiento: “No lo sé. Pero insisto: es un triunfo del euro. Yo no la llamaría discusión, sino una conversación muy rica (…) Queremos que siga el euro porque es donde queremos estar. Lo importante es más integración y más unidad bancaria. Éste es el mensaje por encima de los detalles: la reafirmación del euro”.

En paralelo, el presidente se comprometió a acelerar su programa reformista. Tal y como avanzó este diario, antes de las vacaciones de verano estará listo el nuevo plan de ajuste, si bien no quiso confirmar si en él habrá una subida del IVA, como se da por hecho. En palabras de Rajoy, las medidas se anuncian una vez ya se han acordado. Argumentó que “no se puede gastar lo que no se tiene”, en un claro abrazo a Berlín para dejar claro que España sigue comprometida con cumplir con su objetivo de déficit pase lo que pase. “No se puede gastar lo que no se tiene”, incidió.

Rajoy llamó a centrarse en “lo importante”; un éxito de todos, no solo de España. “Vendrán momentos mejores y peores”, pero se comprometió a seguir con la senda marcada, que cree profundamente que es la correcta. El presidente dejó Bruselas mejor de lo que llegó, cuando advirtió seco que hay instituciones españolas que ya no pueden financiarse. El domingo, irá a Ucrania a ver a la selección española jugar contra Italia. Si ganan los nuestros, dice su entorno, se cerrará, por fin, una buena semana para el país.

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