¡Y luego tienen los Santos Huevos de decir que no les llega el dinero, y de subir los impuestos a la gente!
Esta es la forma de acabar con la libertad informativa: lograr que los medios de comunicación dependan económicamente de los gobernantes. Obviamente, en España no sólo lo hace la Gene, lo hacen todas las administraciones públicas… pagando con el dinero que nos quitan con sus abusivos impuestos, claro.
Y esto tiene otra implicación: es la forma de CENSURAR a los medios no afines al régimen, pues si no les dan dinero público, les asfixian y no pueden competir con los medios del régimen.
Para cuándo la prohibición de TODA subvención?
Esto es vergonzoso. Estos despilfarros deberían ser penados con cárcel. Y recortan en sanidad, educación.........y en todo. Qué poca vergüenza. Revolución social e insumición YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Haber si se enteran los anestesiados mentales de los catalanes de lo que hacen en pro de catalnacismo del Arturo y compañia.
LA PRENSA DEL "RÉGIMEN CATALANÍ"
Y LA LENGUA QUE LES DA DE COMER.
En Cataluña la prensa de investigación
ni existe ni se le espera porque el patrón
barretinaire los tiene bien untados.
No son de extrañar los Editoriales "conjuntos"
al estilo de la oprobiosa que tapan toda la
corrupción de los mandarines del "morro fort".
En Pujolandia la m..... la barnizan y luego intentan venderla.
Estos juntaletras ponen la mano para las subvenciones, como no,
en una lengua que les es deficitaria, que no tiene salida y que
sigue siendo menos utilizada que la común, en el conjunto del tejido social catalán.
Pero es igual, si los pujoleros subvencionan, se edita en la variante dialectal
del lemosín o provenzal y se agarra la pasta, aunque luego todo el papel quede arrinconado en almacenes, kioskos y librerias para otro tipo de usos no literarios. Ahora eso sí, nunca renunciarán a seguir editando en castellano porque en definitiva sigue siendo la lengua que les da de comer desde la Edad Media.
La cuestión es trincar pasta de los pujoleros, que siguen en
su "mundo virtual catalaní", sin quererse enterar de la realidad social
y linguística de los ciudadanos que habitan y pululan por la
antigua Marca Hispánica.