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El BCE impone sus condiciones para el rescate

El Tesoro español necesita captar 100.000 millones antes de fin de año para cubrir sus vencimientos de deuda y pagar el nuevo déficit.

España e Italia se acercan cada vez más al abismo del rescate financiero. La crisis de deuda se está agudizando, lo que provoca que cada día se eleve el coste de financiación de los países periféricos. Pese a las presiones de sus Gobiernos, el BCE sigue sin dar su brazo a torcer y lleva meses sin comprar su deuda. La exigencia de solicitar el rescate de forma formal para recibir esta ayuda implica que si Roma o Madrid quieren el dinero de sus socios de la Eurozona, primero tendrán que acometer las reformas que aconseja el BCE.
 
La prima de riesgo, el diferencial entre la rentabilidad que se ofrece por el bono alemán con respecto al resto de países, sigue en niveles difícilmente sostenibles. España lleva más de un mes por encima de los 500 puntos, ha llegado incluso a superar los 600 en el mes de julio, mientras que el sobrecoste del país transalpino se sitúa por encima de los 450 enteros. El hecho de no estar ahora cerca de los récords de mediados de julio o quiere decir que los niveles actuales sean bajos. Ni mucho menos. En realidad, esos 450-500 puntos son cifras que hace dos o tres años habrían parecido impensables.

Por eso, la inestabilidad y desconfianza instalada en los mercados ha producido una significativa alza en el coste de financiación de la economía española e italiana. Tras varios meses esperando una intervención del BCE para suavizar la situación, la semana pasada era su presidente, Mario Draghi, el que instaba a Monti y a Rajoy a solicitar el rescate como paso previo de conseguir que el organismo volviese a los mercados de deuda.

Los gobiernos de los dos países no han dicho nada. Pero el tiempo se agota. Desde ahora a final de año, el Tesoro Público español tendrá que captar unos 100.000 millones de euros para financiar tanto los vencimientos pendientes como el déficit público que se genere, según datos del mercado primario citados por Europa Press. Por su parte, Italia debe hacer frente a aproximadamente 140.000 millones, sólo en vencimiento de deuda en ese mismo plazo. Serán cinco meses decisivos, en los que muy probablemente se juegue el futuro de los dos países.
 
El BCE volvió a avisar este jueves e imponer sus condiciones. La institución presidida por Mario Draghi en su boletín del mes de agosto defendía que España habría podido evitar en gran medida la significativa destrucción de puestos de trabajo registrada en su mercado laboral desde que comenzó la crisis de haberse aprobado "hace unos años" una reforma laboral similar a la adoptada finalmente en febrero de 2012.

Del mismo modo, el BCE pronostica que en el futuro se produzca "una acusada caída de la remuneración por asalariado" en España, "como consecuencia de nuevos recortes de los salarios del sector público y del impacto de la reforma laboral en la moderación de las reivindicaciones salariales del sector privado", orientando así a Mariano Rajoy a acometer más ajustes.

El instituto emisor de la eurozona considera que, dado que la necesidad de reequilibrio todavía es considerable, "todos los países tendrán que emprender reformas adicionales de gran calado" e introducir medidas adecuadas para aumentar la competitividad (tanto en cuestión de precios como de innovación), así como para reducir el desempleo y restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas.

De la mano al rescate

Monti y Rajoy se han convertido en compañeros inseparables a la hora de hacer sus reivindicaciones tanto al BCE como a la Comisión Europea desde el pasado Consejo Europeo de finales de julio. A ambos dirigentes les une un calendario de vencimiento de deuda que asfixia aún más si cabe, las cuentas del país.

Italia tiene vencimientos por valor de 324.725 millones de euros de aquí hasta final de 2013, más del doble que España. Hay que tener en cuenta que a finales de 2011 la deuda pública ascendía en el país de Monti el 120% del PIB, mientras que la española no superaba el 70% (aunque acabará el año por encima del 80%). Esa presión ha hecho que el Gobierno italiano se plantee cada vez más cerca el rescate. Este jueves era uno de los miembros del Gabinete liderado por Mario Monti el que desvelaba que su gobierno mantenía conversaciones "frecuentes para llevar a cabo esta petición".

"Todavía tenemos algún tiempo para discutirlo. Veremos cuales serán las condiciones", apuntó el ministro italiano de Educación, Francesco Profumo, en declaraciones a Bloomberg, recogidas por Europa Press, al ser preguntado sobre si Italia solicitaría ayuda en septiembre. "Contamos con un profundo entendimiento y creo que tenemos los instrumentos para adoptar decisiones", añadió.

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