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Guerra abierta en el sector eléctrico

Las grandes compañías denuncian que aumentan las primas a las renovables mientras crece el déficit de tarifa y se reducen sus beneficios.

El sector eléctrico español está en pie de guerra. Las cuatro grandes (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa e Hidorcantábrico) han anunciado a través de su patronal, Unesa, el inicio de las hostilidades con un objetivo muy claro, unas primas a las renovables que siguen creciendo mes a mes, especialmente en lo que tiene que ver con la fotovoltaica, y que amenazan con llevarse por delante no sólo los presupuestos públicos, sino también a unas compañías enormemente endeudadas y que deben pelearse por una parte del pastel que cada día es más pequeña.

Ante esta situación, la patronal de las grandes eléctricas difundió la semana pasada un comunicado en el que alertaba de varios hechos preocupantes. En el primer semestre de 2012, las primas a la energía renovable crecieron un 26,7%, hasta los 4.637 millones de euros. Como mínimo es curioso que en un momento en el que el Gobierno acomete recortes en el gasto público y sube impuestos para intentar atajar el agujero presupuestario, se esté derrochando dinero para sostener unas fuentes de energía que son más caras que sus competidoras.

De hecho, Unesa criticó que "critica que "el precio medio de las primas que reciben estas energías ha pasado de 75 a 88 euros" el megavatio hora (MWh) como "consecuencia directa del aumento de capacidad de las tecnologías solares, las más caras". Así, apunta que el coste de las subvenciones a las centrales solares ha sido de 1.708 millones de euros en el primer semestre, lo que supone un 19% más que en el mismo periodo de 2011.

Hay que recordar que el Gobierno ha parado las subvenciones a las renovables, pero mantiene los compromisos del anterior Ejecutivo. Y las primas están garantizadas durante décadas, incluso para plantas todavía no construidas pero que estuvieran inscritas en el prerregistro. Es decir, que se va a dar la sangrante circunstancia de que se van a levantar plantas que ya se sabe que serán ineficientes y costarán mucho dinero a todos los contribuyentes españoles sólo por el hecho de que en su momento se aseguró a sus propietarios una prima a varias décadas vista (hay algunas que se mantendrán a perpetuidad, mientras la planta esté operativa).

Ahogadas

Lo cierto es que el déficit de tarifa sigue creciendo año a año. El Estado acumula una deuda con las cuatro grandes de más de 10.000 millones de euros. En los años buenos, las empresas han sido capaces de financiar este dinero con sus beneficios y con sus inversiones en otros países. Ahora, la situación no es tan sencilla.

Sólo entre Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa se contabiliza una deuda total de cerca de 60.000 millones de euros. Aún quitando los 10.000 millones que les debe el Gobierno, se quedarían en 50.000 millones netos. Es una cantidad elevada, pero manejable en una situación normal para unas empresas con gran capacidad para generar beneficios. Lo que ocurre es que no es una situación normal y la deuda comienza a ahogar los balances de las compañías.

El problema es que los acreedores empiezan a temer por su negocio en España. En primer lugar, las renovables (que tienen prioridad de acceso a la red) cada vez tienen más cuota. Por otro lado, ya ni siquiera es seguro que el Gobierno pague el déficit de tarifa (se especula con alguna jugada para quitarse este marrón de encima). Y claro, con este panorama, es normal que la calificación crediticia de las tres haya bajado ligeramente. El 2 de agosto Fitch rebajaba la calificación de Endesa, Gas Natural e Iberdrola, de A- a BBB+.

El contraataque

La respuesta a Unesa llegaba este lunes desde la Asociación Nacional de Productores de Inversores de Energías Renovables (Anpier). En un comunicado, han pedido al Ministerio de Industria que informen a los consumidores sobre los conceptos que componen la factura de la luz, con el objetivo de que estos conozcan las "verdaderas causas" del déficit de tarifa.

En su contraataque, Anpier ha acusado de "doble moral" a Unesa, ya que, en su opinión, las grandes eléctricas difunden una imagen de sostenibilidad en su publicidad cuando en realidad se dedican a atacar a las tecnologías renovables.

Lo cierto es que el futuro del sector se presenta muy complicado. Por un lado, la demanda está cayendo (hasta un 4% el año pasado), mientras que por otro se teme el impacto de la nueva subida impositiva del Gobierno que amenaza con hacer insostenibles muchas explotaciones. El sector de las renovables teme que tengan que cerrar muchas plantas, puesto que la tasa será creciente en función de la producción. De hecho, algunos creen que es una maniobra de José Manuel Soria para acabar con las primas sin que se pueda acusar a España de retroactividad en la normativa. Y mientras, las grandes compañías apuntan a que la subida de impuestos les afectará a ellas también. La guerra de la electricidad está muy lejos de su batalla final.

Las cifras

En 2011, las renovables recibieron 6.856 millones de euros en primas. La cifra es superior, en unos 400 millones, a la de 2010 y supone un coste regulado medio por megavatio (MW) renovable de 74,64 euros. Por fuentes, la solar fotovoltaica recibió 2.386 millones de euros en primas, mientras que la eólica cobró 1.701 millones y la cogeneración 1.404 millones. La térmica recibió 426 millones, la biomasa 271 millones y la hidráulica 204 millones. Con los datos del primer semestre de este año, todo parece indicar que la factura que tendrán que pagar los contribuyentes españoles por esta cuestión será más alta.

Por su parte, la producción descendió un 2,8% y se situó en 293.737 millones de kWh, debido al descenso en el consumo interno y del 27% en el saldo exportador. Según los datos de Unesa, el gas natural se llevó el primer puesto, con un 24,7% de la producción, seguido de las renovables con un 22,4%, la nuclear con un 19,6%, el carbón con un 16,1% y la hidroeléctrica con un 11,2%.

Con lo que respecta a las renovables, la eólica sigue siendo la más presente con un 40% del total. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que no todas las renovables son iguales. Las fotovoltaicas son las que más primas reciben, aunque su aporte a la producción de electricidad sea mucho menor que las de otras fuentes. Ésta es una de las quejas de las compañías: que precisamente estas fuentes, las menos rentables, son las que más están creciendo en los últimos años, por lo que la factura seguirá subiendo. De hecho, en el Plan 2011-2020 se espera que el coste total de mantener las renovables ascenderá hasta los 60.000 millones de euros.

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