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EDITORIAL

El cascabel de Bruselas y los gatos autonómicos

Mientras Rajoy sea poco resolutivo a la hora de poner el cascabel de la disciplina exigida por Bruselas a los gatos autonómicos, poco cabe esperar.

"El ministro de Economía español flirtea con el rescate". Este es el titular que la revista financiera alemana Handelsblatt ha dedicado este martes a una entrevista en la que Luis de Guindos admite que el rescate sería "una opción, bajo condiciones aceptables". De hecho, parece que el Gobierno ya da por hecho el rescate y se está dedicando a negociar las condiciones del mismo. Parece innegable que, tal y como asegura uno de los ministros consultados por nuestro periódico, "no queda otra opción", y que el sigilo de las gestiones obedece a lo que ya Rajoy expuso a micrófono abierto: primero se llega a acuerdos y después se informa a la ciudadanía.

Lo que resulta innegable es que la existencia de estrictas condiciones adicionales –incluso si nos limitamos a las que ha planteado Mario Draghi para que el BCE pueda comprar cierto tipo de deuda en los mercados secundarios– contrasta con la aparente laxitud con que el Gobierno de Rajoy concede rescates a Gobiernos autonómicos que no aceptan condiciones inherentes a los mismos. Al margen de las multimillonarias solicitudes al Fondo de Liquidez Autonómico planteadas la semana pasada por Cataluña, Valencia y Murcia, este lunes la Junta de Andalucía, que ya recibió 500 millones en mayo, ha reclamado 1.000 millones más sólo a modo de "anticipo" de lo que se prevé un abultadísimo rescate futuro.

Rajoy podrá acceder a la exigencia de la Generalidad catalana de un rescate "sin condiciones" sobre la base de que "no es el momento de polémicas", de que las comunidades autónomas "son también España" y de que el Gobierno "no se desentiende de las comunidades autónomas". Pero lo que el Presidente del Gobierno sabe mejor que nadie es que ni la UE ni el BCE van a acceder a sus solicitudes de ayuda sobre la mera base de que el Reino de España también es Europa.

En este sentido, sorprende que Rajoy no informe de la solicitud de rescate por parte de España hasta que se cierre la negociación de las condiciones y, sin embargo, se anticipe a conceder esos fondos de liquidez a las autonomías sin haber cerrado con ellas previamente los acuerdos sobre las contrapartidas. En este sentido, no cabe sorprenderse de que la revista alemana anteriormente citada acompañe la entrevista a De Guindos con un informe sobre el estado de la deuda de las comunidades autónomas españolas, o que describa al Gobierno español como situado "entre la espada y la pared".

Y es que, mientras España sea percibida como un incontrolable reino de taifas, y Rajoy como alguien poco resolutivo a la hora de poner el cascabel de la disciplina exigida por Bruselas a unos rebeldes gatos autonómicos, la situación en nuestro país no va a hacer más que deteriorarse. El enorme adelgazamiento del Estado que requiere nuestro país para alcanzar la senda de la recuperación económica parte de una radical reforma de nuestro modelo autonómico. Y esa es una reforma que, a día de hoy, Rajoy sigue sin plantearse.

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