El pasado 31 de agosto se aprobaba una nueva reforma del sistema financiero, entre sus novedades se encuentran la creación de una sociedad gestora de activos tóxicos, lo que popularmente se ha denominado como "banco malo", o también la ampliación de los poderes del Banco de España, que podrá actuar de urgencia ante aquellas entidades que puedan presentar riesgos de insolvencia. Pero además de estas medidas, a la banca se le ha librado de la penalización de la "ley Salgado", en vigor desde julio de 2011, y que impedía a las entidades lanzar imposiciones de alta remuneración.
Con la supresión de esta penalización, el mercado bancario se inundará de nuevas y atractivas ofertas de depósitos. La guerra del pasivo ha vuelto.
Con la supresión de esta penalización, el mercado bancario se inundará de nuevas y atractivas ofertas de depósitos. La guerra del pasivo ha vuelto.
Productos seguros para los ahorradores
Tras la controversia que ha generado esta nueva reforma y las voces que han lanzado sus detractores, que ven injusto que los ciudadanos tengan que asumir la mala gestión de muchas empresas privadas o que no parece muy acertado quedarse con los activos tóxicos de los bancos y cajas para disfrutar otra vez de créditos, podemos decir que no todo son malas noticias, y que la liberación de los depósitos de extratipo tiene muchas ventajas para los ahorradores.
Para empezar, porque tal y como se encuentra la situación económica del país, lo mejor es apostar por productos seguros, transparentes, sencillos y garantizados para el pequeño ahorrador, sobre todo si no cuenta con un buen conocimiento financiero y quiere evitar los productos bancarios complejos.
Y, por otro lado, porque los depósitos bancarios son los productos que más fácil les resulta a la banca de comercializar, mucho más que los pagarés bancarios. Son productos sencillos de entender, con características flexibles para el ahorrador medio (tanto en importes como en plazos) y ofrecen una excelente rentabilidad sin necesidad de tener que "jugarnos" nuestros ahorros. Es la alternativa conservadora por excelencia y es la manera más efectiva que tienen las entidades de conseguir dinero nuevo y una inyección de liquidez para sus arcas.
Es más que probable que en los próximos meses, la estrategia de la banca se centre en los depósitos bancarios, que dejarán a un lado las rentabilidades del 3 por ciento, para subir hasta los 4,5% y puede que el 5%.
Esto supone una mayor competencia para la banca, que se lo pondrá difícil a las entidades extranjeras que operan en España, como el Banco Espirito Santo, al no estar sometida a las anteriores restricciones de la "ley Salgado", competían con ventaja.
Y si algún ahorrador todavía tiene dudas con estos productos, la reforma financiera otorgará mayores garantías a los depósitos bancarios. El Fondo de Garantía de Depósitos español sólo tendrá la función de cubrir hasta 100.000 euros por titular y entidad para cuentas e imposiciones a plazo en casos de insolvencia bancaria, y ya no tendrá que asumir otras misiones, como la de financiar a bancos con problemas.
Los depósitos del futuro, por tanto, seguirán siendo el producto más seguro al que puede acceder un cliente bancario, con una rentabilidad creciente cuyo techo a batir es el 5%; además a medida que se vaya despejando el futuro del euro, cuyos pasos en este sentido son bastante importantes, desaparecerá el último de los miedos al ahorro tradicional de toda la vida. Un futuro próspero, el de los depósitos a plazo fijo, pensamos.
Para empezar, porque tal y como se encuentra la situación económica del país, lo mejor es apostar por productos seguros, transparentes, sencillos y garantizados para el pequeño ahorrador, sobre todo si no cuenta con un buen conocimiento financiero y quiere evitar los productos bancarios complejos.
Y, por otro lado, porque los depósitos bancarios son los productos que más fácil les resulta a la banca de comercializar, mucho más que los pagarés bancarios. Son productos sencillos de entender, con características flexibles para el ahorrador medio (tanto en importes como en plazos) y ofrecen una excelente rentabilidad sin necesidad de tener que "jugarnos" nuestros ahorros. Es la alternativa conservadora por excelencia y es la manera más efectiva que tienen las entidades de conseguir dinero nuevo y una inyección de liquidez para sus arcas.
Es más que probable que en los próximos meses, la estrategia de la banca se centre en los depósitos bancarios, que dejarán a un lado las rentabilidades del 3 por ciento, para subir hasta los 4,5% y puede que el 5%.
Esto supone una mayor competencia para la banca, que se lo pondrá difícil a las entidades extranjeras que operan en España, como el Banco Espirito Santo, al no estar sometida a las anteriores restricciones de la "ley Salgado", competían con ventaja.
Y si algún ahorrador todavía tiene dudas con estos productos, la reforma financiera otorgará mayores garantías a los depósitos bancarios. El Fondo de Garantía de Depósitos español sólo tendrá la función de cubrir hasta 100.000 euros por titular y entidad para cuentas e imposiciones a plazo en casos de insolvencia bancaria, y ya no tendrá que asumir otras misiones, como la de financiar a bancos con problemas.
Los depósitos del futuro, por tanto, seguirán siendo el producto más seguro al que puede acceder un cliente bancario, con una rentabilidad creciente cuyo techo a batir es el 5%; además a medida que se vaya despejando el futuro del euro, cuyos pasos en este sentido son bastante importantes, desaparecerá el último de los miedos al ahorro tradicional de toda la vida. Un futuro próspero, el de los depósitos a plazo fijo, pensamos.
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