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Baja un 12,1% en el segundo trimestre

Paracaídas a un "ahorro" en caída libre

Las medidas utilizadas, al menos hasta ahora, no están consiguiendo ningún impacto positivo.

En un día intenso informativamente, con unos malos datos de empleo y una muy tensa Conferencia de Presidentes Autonómicos, puede que pasen desapercibidas las cifras sobre renta disponible y ahorro que acaba de hacer pública el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estas cifras vuelven a poner al descubierto la complicada situación económica de España y de sus ciudadanos. Los datos que hacen referencia al ahorro y a la renta disponible de la familia corresponden al segundo trimestre y se recogieron por tanto mucho antes de que se aplicara la subida del IVA e incluso de que se anunciaran las últimas medidas de ajuste.

En concreto, la tasa de ahorro de los hogares e instituciones sin fines de lucro cayó hasta el 12,1% de su renta disponible en el segundo trimestre del año, lo que supone una caída del 2,8% respecto ha hace un año. Si esta caída se produjera por un desplazamiento del consumo, es decir, usamos nuestros ahorros para comprar más, su efecto económico no sería tan grave. No obstante, en este caso nos encontramos con el peor de los escenarios, en el cual la caída del ahorro se produce por un desplome de la renta disponible de los hogares que disminuyó un 3,2% en términos interanuales, es decir los ciudadanos disponemos de 5.661 millones menos que en los tres primeros meses, especialmente debido a la caída de un 3,9% de la remuneración por salarios y una subida del 2,1% en el impuesto sobre la renta.

Este panorama es más que desalentador ya que anticipa los efectos que los recortes y la subida del IVA tendrá en los últimos cuatro meses del año, por lo que se puede adelantar sin ninguna duda que 2012 cerrará con un desplome de renta y ahorro.

La discriminación positiva fiscal no es suficiente

¿Tener poco ahorro es malo? Cuando se rompe a la baja el límite del 8%-10% de la renta, en una coyuntura tan mala de contracción económica el dato es alarmante. También sería perjudicial que un descenso de la renta disponible trasladara más dinero del consumo al ahorro, ya que paralizaría más nuestra economía, pero un equilibrio en ambas tasas es más que necesario, aunque la tendencia de los datos lo deja claro, vamos a ser mucho más pobres.

En este contexto, las medidas utilizadas, al menos hasta ahora, no están consiguiendo ningún impacto positivo, e incluso están incumpliendo todas las tesis "clásicas" de la Teoría Económica. Así, el desequilibrio de las cuentas públicas puede más que el efecto de una bajada de tipos, que no incentiva la economía, ya que la banca sigue siendo el "poli malo" que no suelta un euro, y por el contrario necesita ofrecer altos tipos de interés.

Lo único positivo de los últimos meses es la eliminación de la llamada "Ley Salgado" por lo que las entidades dejan de tener penalizaciones por los depósitos de alta remuneración y hay una libertad de oferta que incentiva al consumidor a buscar productos que le den la mayor remuneración. También tenemos un cambio fiscal a la vista que puede influir en el traslado de ahorro, penalizar las plusvalías menores de un año por ventas de acciones, fondos y otros activos. La penalización a las plusvalías puede llevar a que parte de lo destinado a estos productos se traslade a depósitos y cuentas remuneradas que gozarán de una discriminación fiscal positiva, pero es un efecto "colateral" e insuficiente con la coyuntura actual y a corto plazo.

Más dinero e incentivos para el ahorro estable

La perspectiva actual indica, que las soluciones económicas tradicionales no están siendo eficaces y que la reducción del déficit, muy necesaria, se puede realizar a cualquier precio. ¿Qué queda? Si se sigue deprimiendo las rentas, habría que optar por la solución norteamericana de inyectar dinero al sistema, para incentivar el crecimiento económico y porque no, ayudar a nivelar nuestras tasas de ahorro, sin las cuales vamos a condenar a la parálisis de los bancos y la economía.

Para hacerlo de una manera "más sana" se puede optar por ejemplo por una vuelta a reducciones fiscales para el ahorro a largo plazo, como la que estuvo vigente hasta el año 2006 para aquellos productos financieros que generaban sus beneficios a más de dos años. Si no es así, hagámonos a la idea de que nos dirigimos a ser mucho más pobres, y cuanto más bajo caigamos, más tardaremos no en superar, incluso en volver a una situación anterior a la crisis.

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