El Gobierno portugués ha presentando este miércoles una nueva ronda de ajustes para 2013 con el fin de intentar controlar el déficit y cumplir así las consignas de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
El ministro de Finanzas Vitor Gaspar ha presentado en rueda de prensa las principales medidas que se llevarán a cabo en el país durante los próximos meses y que se centran principalmente en subidas de impuestos.
El Gobierno, liderado por Pedro Passos Coelho, sigue así el camino iniciado el año pasado centrado en subidas fiscales. Gaspar explicó que el tipo medio de gravamen del impuesto sobre la renta en Portugal pasará del 9,8 % al 13,2 % y se reducirán además sus tramos de 8 a 5.
Este incremento, del orden de un tercio de la carga fiscal actual, se suma a las fuertes subidas de impuestos ya aprobadas en 2011 y 2012 en Portugal, que vive la peor crisis económica de su democracia y se encuentra bajo asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde mayo de 2011.
El impuesto sobre la renta de las personas incluirá además un recargo del 4% sobre los ingresos obtenidos en 2013, con lo que el Gobierno portugués sigue el camino que inició en 2011 cuando ya elevó este impuesto en un 3,5%.
Entre los cambios más importantes se destaca el aumento del 25% al 26,5% del impuesto de capital, aplicable a los ingresos por inversiones, incluidos los intereses y dividendos.
Los ajustes, según el ministro, son imprescindibles para compensar la devolución de una de las dos pagas extra anuales retiradas a pensionistas y funcionarios en 2012 tras una sentencia del Tribunal Constitucional.
"El ajuste es más costoso de lo que habíamos pensado, sólo este esfuerzo permitirá respetar los nuevos límites acordados", argumentó el ministro en relación a las metas de déficit público asignadas a Portugal por el FMI y la UE.
El Gobierno también ha decidido aceptar la sugerencia dada por la Confederación Empresarial de Portugal (CIP) y aprobar un aumento de los impuestos sobre el tabaco y sobre bienes de lujo.
Hasta ahora el país realizó con éxito el saneamiento de sus finanzas, pero en agosto reconoció que la caída de los ingresos impositivos causada por la recesión no le permitiría cumplir su objetivo de déficit para 2012 sin nuevos recortes.
La semana pasada se supo que el déficit en la primera mitad del año se situó en el 6,8% del PIB, es decir 1,8 puntos por encima del nuevo objetivo fijado por los acreedores para todo el año.