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Mas maquilló el supuesto "expolio fiscal" a Cataluña

El Gobierno catalán escondió los resultados que no le eran favorables cuando hizo público su último informe de balanzas fiscales.

El Gobierno catalán escondió los resultados que no le eran favorables cuando hizo público su último informe de balanzas fiscales.
El presidente de la Generalidad, Artur Mas | Archivo

La Generalidad de Cataluña lleva años pidiendo que el Gobierno de España publique las balanzas fiscales. Tanto el Tripartito como el Ejecutivo de CiU han reclamado una y otra vez que se presenten estos datos y han apelado a la "transparencia". Los políticos nacionalistas han repetido una y otra vez que saber cuánto aporta cada región no es sólo una cuestión de justicia sino que es una información que debe estar al alcance de los ciudadanos para que éstos puedan tener una opinión independiente.

El problema es que toda esta exigencia de luz y taquígrafos queda totalmente en entredicho cuando los datos no concuerdan con el argumentarlo nacionalista. Según denuncia este lunes La Voz de Barcelona, la Generalidad ocultó uno de los resultados de las balanzas fiscales, precisamente el más perjudicial para sus intereses, cuando hizo la presentación de los datos hace unos meses.

La historia es como sigue. El Gobierno de Artur Mas quiere justificar los recortes que debe aplicar en su comunidad en el supuesto agravio fiscal que la región sufre del resto de España. De esta manera, la culpa de que Cataluña sea la autonomía más endeudada del país no sería del Tripartito y su política de izquierda radical, que perjudicó a las empresas al mismo tiempo que disparaba el gasto público y el intervencionismo. Según este relato, el problema estaría en el dinero que se llevan los habitantes de otras comunidades.

Para apoyar su planteamiento, el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, presentó las balanzas fiscales del conjunto de España la pasada primavera. Como era de esperar, todos los medios catalanes cubrieron el acto profusamente y dedicaron sesudos editoriales al supuesto "expolio fiscal" que sufre Cataluña.

En esta cuestión, no es fácil ponerse de acuerdo. Hay muchas formas de hacer las balanzas fiscales y cada una de ellas lleva a un resultado diferente. Desde el Gobierno de CiU se escogieron dos métodos: el de carga-beneficio y el de flujo monetario. Hasta aquí no hay nada raro, porque son los procedimientos más comunes. Eso sí, el equipo de Artur Mas no se quedó ahí, sino que dio un paso más y decidió hacer los cálculos neutralizados (es decir, aplicándoles un ajuste en función de componentes como el ciclo económico o el déficit público).

Dado el amor que los políticos catalanes demuestran por la "transparencia", sería lógico pensar que iban a publicar los cuatro resultados: carga-beneficio neutralizado, carga-beneficio sin neutralizar, flujo monetario neutralizado y flujo monetario sin neutralizar. Pues no... Resulta que el señor Mas-Colell sólo presentó dos: los neutralizados (o cocinados, como cada uno prefiera). Y qué casualidad, eran justamente los dos que más convenían a las tesis de CiU. En uno, aparecía un déficit fiscal de 16.409 millones, y en el otro, de 11.261 millones.

Mientras, en la documentación más detallada (es decir, fuera de las notas de prensa) se incluía una tercera cifra, que daba un déficit de apenas 791 millones. Pero, ¿y el cuarto método de cálculo? Ni una palabra sobre el mismo. Ahora, sabemos que con este sistema lo que habría aparecido es ¡un superávit de 4.015 millones de euros!

Cuando decimos que "habría aparecido" es porque esa cifra no estaba ni en la presentación entregada a la prensa ni en la documentación más extensa publicada por la Consejería. De hecho, este dato lo hemos conocido porque un órgano asesor del Gobierno regional lo ha incluido (puede que sin darse cuenta de la importancia política del dato) en un informe sobre la financiación de Cataluña. Aunque es difícil que ningún político nacionalista lo admita, la cifra no es sorprendente. De hecho, hace unos meses, Convivencia Cívica Catalana (CCC) publicó un estudio en el que aseguraba que los cálculos de Mas-Colell estaban mal planteados. Sus cifras, tal y como publicó Libre Mercado, eran muy parecidas a las que hemos conocido este lunes.

La discusión de si uno u otro de los métodos es más fiable podría ser larga. Lo curioso es que aquéllos que más piden "transparencia" a los demás, se apliquen de una manera tan peculiar este principio a sí mismos.

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