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¿Qué es mejor para preparar mi jubilación: planes o depósitos?

El punto fuerte de los planes de pensiones es poder ahorrar para el futuro con un ahorro fiscal en el presente, pero todo tiene un precio.

Ya estamos en el cuarto trimestre y tenemos el fin de año a la vuelta de la esquina. Aunque los bancos siguen afanándose en captar ahorro a través de depósitos y cuentas remuneradas, en estos meses surge como todos los años otro producto estrella, los planes de pensiones.

Si captar cualquier cliente es complicado con la coyuntura actual, en este producto lo es más aun, ya que mientras luchamos en el día a día, y nuestros ahorros caen, la jubilación se ve como algo lejano y muchos dejan el tema aparcado. Y eso que las señales del futuro son, al menos, inquietantes, y se reflejan en los Presupuestos Generales del Estado para 2013, que confirman que en el próximo ejercicio habrá que echar mano del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para el pago de pensiones.

Ante ello, siendo más complicado captar nuevos clientes, los bancos se afanarán en intentar que aportemos algún dinerillo extra (ya pasaron los tiempos de bonanza en los que muchas entidades daban créditos para realizar estas aportaciones de fin de año), y buscan más "cosechar en campos de otros" fomentando el traspaso de planes con suculentas ofertas.

Sea cual sea nuestro caso, lo cierto es que eliminada para el 2013 la desgravación por vivienda, el punto fuerte de los planes de pensiones es poder ahorrar para el futuro con un ahorro fiscal en el presente. Pero todo tiene un precio, y en el plan de pensiones está el problema de la iliquidez ya que sólo bajo supuestos como el fallecimiento, minusvalía o el paro de larga duración, no podemos disponer del dinero ahorrado hasta el momento de jubilación, y en ese momento, desde luego, liquidar por las ganancias obtenidas desde su creación.

¿Podemos utilizar otros productos sin esta rigidez? Por supuesto, renunciando eso sí a las deducciones fiscales, y el producto ideal para ahorrar con una mayor flexibilidad, es el depósito bancario, con inconvenientes, pero algunas ventajas que van más allá de la liquidez inmediata.

Puntos a favor y en contra

Como hemos adelantado, el punto principal a favor de los Planes de Pensiones es la desgravación fiscal, ya que sus aportaciones rebajan la base imponible del IRPF permitiendo reducir hasta el 47% de las aportaciones realizadas (44% en Navarra y hasta un 45% en el País Vasco), teniendo como límite la cantidad aportada con un tope de 10.000 euros al año si tienes menos de 50 años, 12.500 si eres mayor de esta edad o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el año, un porcentaje que sube al 50% si eres mayor de 50 años.

Pero otra ventaja clara es la rentabilidad, si iniciamos un plan de pensiones con un horizonte largo de jubilación, de más de 20 ó 25 años, podemos apostar por productos de más riesgo como los planes de Renta Variable o Renta Variable Mixta, buscando que eliminadas crisis coyunturales o cíclicas como la actual, el resultado final sea obtener una mayor ganancia.

En la balanza contraria está el depósito, que también juega sus bazas. No tenemos desgravación, pero podemos realizar aportaciones en cualquier momento, poder usarlas en algún apuro y no tener ningún riesgo ya que el capital está completamente garantizado. La fiscalidad también es importante, no tenemos desgravación pero poco a poco, cada año vamos pagando nuestros impuestos sobre los rendimientos, mientras que en los Planes lo hacemos de golpe a la hora del rescate si elegimos recuperar nuestras aportaciones en forma de capital. Esta fiscalidad diferida hace, por ejemplo, que muchos planes se rescaten en forma de renta para pagar menos impuestos, con los depósitos tenemos una mayor libertad.

Pero otro punto a destacar es el coste. Mientras que en el depósito no existe, los planes de pensiones son productos caros, con unas comisiones que, aunque "no veamos", se van restando año a año al rendimiento de nuestro plan. Así, en muchos casos, los productos "más similares" a los depósitos respecto a su seguridad, como son los Planes de Pensiones de Renta Fija o Garantizados, tienen un rendimiento anual neto muy inferior a la media de los depósitos.

Liquidez, rentabilidad y seguridad, los tres puntos clave de los productos financieros, también lo son a la hora de elegir como conseguir una renta o capital que complemente nuestra jubilación.

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