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Carlos Rodríguez Braun

Lucha y coraje

Joseba Elola tiene claro quiénes son los malos: el gobierno y las empresas eléctricas, que "son tan poderosas que dictan la política energética".

Joseba Elola tiene claro quiénes son los malos: el gobierno y las empresas eléctricas, que "son tan poderosas que dictan la política energética".

Leí un interesante artículo de Joseba Elola en El País que elogiaba a Ángel Vadillo, el alcalde de Alburquerque que hizo una huelga de hambre de 91 días para "abrir una mesa de diálogo sobre energías renovables", en realidad: para revocar la supresión de las primas.

El texto del artículo, que no era una columna de opinión, indicaba que lo que había hecho el alcalde estaba bien y era valiente y corajudo. El texto rebosaba de la retórica bélica que pretende transmitir un conflicto claro y señalar también con nitidez que el señor Vadillo está en el lado bueno: "lucha... sueño truncado... determinación... energías limpias y prosperidad... funesto decreto se llevó por delante el sueño... golpe de gracia para las energías limpias... herida de muerte para su pueblo... la lucha del nuevo héroe de Alburquerque, tierra de espíritus aventureros y guerreros, fue una batalla verde".

Complementaba el cuerpo del artículo las palabras del propio alcalde, que subrayaba quiénes son aquí los malos: el gobierno y en particular las empresas eléctricas, que "son tan poderosas que dictan la política energética". Para colmo, su lucha es por la salud de su pueblo, amenazada por las energías convencionales: "tenemos un modelo energético cancerígeno".

Lo asombroso es que ni la información ni las palabras del señor Ángel Vadillo prestaron la más mínima atención al convidado de piedra de toda esta lucha tan valerosa: los millones de ciudadanos que con sus impuestos y sus recibos de la luz sufragan el oneroso coste de las energías renovables.

Es verdad que también resulta chocante y disparatado que el alcalde realmente diga que las energías que no son renovables causan cáncer, nada menos, o que las empresas del sector de la energía realmente mandan sobre el gobierno que les fija los precios, los impuestos y las condiciones bajo las que operan. Pero lo más notable es que en estas crónicas de "lucha" jamás aparecen la mayoría de ciudadanos que son siempre los derrotados.

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