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"En España no había trabajo, lo encontré en China y ahora dirijo mi propio proyecto"

Las perspectivas para un arquitecto en España y Europa se pusieron feas en 2010. Inma se fue a Shanghai y ahora dirige su propio proyecto.  

Las perspectivas para un arquitecto en España y Europa se pusieron feas en 2010. Inma se fue a Shanghai y ahora dirige su propio proyecto.  

A sus 28 años, Inma Rodríguez Torres dirige su propio proyecto arquitectónico en China. Pasa diariamente por la obra que ella misma diseñó, proyectó y que hoy en día comienza a ser una realidad.

Junto a su oficina en la gran urbe de Shanghai, Inma puede ver cómo poco a poco, su "baby" –como sus compañeros de oficina llaman a la obra de Inma- va tomando forma y va creciendo. Se trata de la rehabilitación de una casa unifamiliar de 500 metros cuadrados que Inma va a convertir en un club privado de diseño para clientes selectos con una zona de bar y restaurante, boutique y oficinas.

"En este año y medio que llevo en China he hecho muchos proyectos de diseños de gran escala, centros comerciales, cines, viviendas de lujos, tiendas... Pero sin duda, el que yo siento más mío y del que más orgullosa estoy es éste, en el que lo estoy dirigiendo todo. Verme como extranjera, a pie de obra... Ver el concepto desde el diseño en papel hasta que se convierte en una construcción real, es alucinante".

Esta arquitecta gaditana de 28 años nació en San Fernando en 1984 y estudió la carrera en la Universidad de Sevilla. En España tenía trabajo -"en realidad estaba bien en España, tenía mi trabajo, lo que pasa es que llevaba dos años y se notaba que la cosa iba a menos"-. En 2010 comenzaron a entrar menos proyectos a su estudio e Inma comenzó a plantearse su futuro profesional en el contexto de su oficina y de la crisis del ladrillo en España. -A día de hoy el estudio en el que trabajaba Inma sigue abierto-.

Atendiendo a sus aspiraciones profesionales, dejó su estudio y cogió las maletas. Tras un año en Edimburgo buscó trabajo en otras ciudades de Europa: "Intenté encontrar un trabajo en grandes ciudades en Reino Unido, como Londres, enviando CV pero nadie llamaba, la crisis era muy fuerte".

En aquel momento, Inma estaba profundamente disgustada por la situación "y me enfadé, ¿acaso no iba a tener yo una oportunidad? ¿qué broma era esa? Y me metí en páginas de internet en las que se buscaba trabajo en el extranjero. En aquel momento, cuando en Europa se encontraba apenas una o dos ofertas de trabajo para arquitectos, en China había 15 ofertas diarias para este tipo de profesionales. Así que, enfadada lo eché, si no era en Europa, sería en China. Un mes más tarde me llamaron de una empresa en China y me preguntaron si podía viajar en dos semanas, y viajé".

(Durante un viaje a Huashan Mountain | Inma)

El comienzo no fue fácil. "Me fui a China con un contrato muy corto en pruebas, era mucho esfuerzo económico al principio con pocas garantías, pero tenía un buen presentimiento". Finalmente, todo salió a pedir de boca: "a los tres meses me renovaron el contrato y me ascendieron y a los tres meses otra vez, y así siguió la cosa". Tanto es así que, cuando el pasado verano volvió de vacaciones a Andalucía, Inma confiesa que las historias que contaban sus compañeros de promoción eran terribles. Nada tenían que ver con su experiencia profesional en China.

Así, Inma espera poder estar "como máximo 5 años en China para poder poner a tono el CV y cambiar de país". Pero lo que tiene claro es que "en Europa es muy difícil que a una persona de mi edad le den tantas responsabilidades".

Actualmente, Inma lleva un año y medio en China y pese a que "el principio fue muy fuerte, por el cambio cultural, estar tan lejos de casa... Además, Shanghai puede ofrecer un ambiente hostil, pero es de las ciudades más occidentalizadas". Si tuviera que hacer un balance, Inma no lo duda: "Ahora mismo estoy muy contenta".

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