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Estallido fiscal de Hollande: IVA, tasas verdes e 'impuestos alimenticios'

El presidente galo pretende aumentar un 300% el impuesto que se aplica al aceite de palma, empleado para elaborar la famosa crema de avellana y cacao.

El presidente galo pretende aumentar un 300% el impuesto que se aplica al aceite de palma, empleado para elaborar la famosa crema de avellana y cacao.

Durante su campaña presidencial, François Hollande paseó por toda Francia un programa electoral basado en aumentar espectacularmente los impuestos y el gasto público. The Economist le acusó de ignorar los graves problemas económicos de su país, y se refirió al candidato socialista como un aspirante "bastante peligroso" para el bien de Francia y de Europa.

Propuestas estrambóticas como prohibir los deberes en la escuela o aumentar el Impuesto de la Renta hasta el 75% no fueron suficientes para asustar a los votantes, que eligieron a Hollande como su próximo Presidente el pasado 6 de mayo. Sin embargo, la popularidad del mandatario no para de caer: las últimas encuestas del Journal du Dimanche desvelan que, si se repitiese la elección presidencial de hace unos meses, el 51,6% apostaría por el expresidente Sarkozy y apenas el 48,4% se quedaría con Hollande.

Parte de este desencanto tiene que ver con medidas impulsadas por los socialistas franceses como la llamada Tasa Nutella. Dicho gravamen está siendo debatido por los senadores galos a instancias de la formación política del presidente Hollande. ¿La propuesta? Aumentar un 300% el impuesto que se aplica al aceite de palma, empleado para elaborar la famosa crema de avellana y cacao.

Según los dirigentes socialistas, dicho producto "se usa de manera excesiva en la restauración colectiva y en la industria agroalimentaria", por lo que es necesario enviar "una señal a las industrias para que sustituyan estos aceites por otros compuestos más respetuosos".

Pero esta iniciativa no es una novedad. A instancias de Hollande, los parlamentarios franceses se disponen a aprobar en breve más gravámenes similares. Un ejemplo: el "impuesto a la cerveza" que está a punto de aprobarse, y que prevé elevar el gravamen un 160% para recaudar 2.400 millones de euros a lo largo de la Presidencia de Hollande, a razón de 480 millones de euros al año.

También subirá el IVA

Al margen de las iniciativas mencionadas anteriormente, también hay que tener en cuenta que el presidente francés ha incumplido una de sus promesas electorales más significativas, no subir el IVA. Dicho impuesto, cuyo aumento fue planteado hace meses por Sarkozy ante las críticas de Hollande, pasará del 7% al 10% en su tipo intermedio y del 19,6% al 20% en su tipo máximo. De esta forma, Hollande aplicará una medida que él mismo tildó de antisocial.

Cierto es que el presidente galo ha anunciado también que rebajará los impuestos a las empresas por valor de 20.000 millones de euros. Sin embargo, hasta esta decisión, a priori positiva, se ejecutará de forma discutible: la medida no entrará en vigor hasta 2014, y en vez de desarrollarse con una simple rebaja del Impuesto de Sociedades, se cumplirá mediante un complejo mecanismo. Se trata del Crédito Impuesto para la Competitividad y el Empleo, un vehículo llamado CICE que permitirá reducir la factura de las empresas con el Fisco, pero con un año de retraso y mediante un proceso complejo y poco amigable que, además, solamente será aplicable en las cotizaciones sociales de trabajadores con sueldos medio-bajos.

Hay que tener en cuenta que esta medida irá acompañada de otras muchas subidas de impuestos aplicadas a las empresas. Un ejemplo: el impuesto de capitales subirá del 34,5% al 62,2%. Dicha tasa es del 21% en España y del 26,4% en Alemania.

Más presión fiscal

La cosa no acaba aquí. Hollande ha anunciado que, antes de que termine su primer mandato, habrá puesto en marcha una nueva batería de impuestos ecológicos con los que espera aumentar la recaudación por valor de 3.000 millones de euros. A todo esto le sumamos la propuesta de crear dos nuevos tramos en el Impuesto sobre la Renta (45% y 75%) para las rentas más altas. Esta iniciativa ha disparado el número de exiliados tributarios que dejan Francia para irse a otros países europeos como Bélgica, Reino Unido o Suiza.

Muchas de estas medidas fueron anticipadas por el presidente galo en septiembre. Entonces, Hollande anunció que era necesario aplicar un ajuste de 30.000 millones de euros, pero contempló dos de cada tres euros de dicho plan de ajuste como nuevos ingresos tributarios derivados de subidas de la presión fiscal como las que hemos descrito en párrafos anteriores.

Los empresarios, lo tildan de "desastroso"

"La situación es muy seria. Algunos dirigentes empresariales están, prácticamente, en un estado de pánico", anunció hace algunos días el presidente de la patronal francesa MEDEF, Laurence Parisot. Los empresarios galos entienden que las subidas tributarias de Hollande son "confiscatorias", y han lanzado ya una campaña de protesta contra el Gobierno. "Los empresarios estamos empezando una revuelta en todo el país", afirmó al diario británico The Telegraph.

En línea con lo que ya ha comentado Libre Mercado en anteriores ocasiones, el FMI ha expresado recientemente su "preocupación" por el "alarmante problema de competitividad" de nuestro país vecino. Entre las recomendaciones del Fondo a Francia, está "reducir el gasto público", "acabar con las rigideces en el mercado de trabajo", "terminar con la semana laboral de 35 horas", etc. En los últimos años, Francia ha experimentado un crecimiento anémico, cercano al 0% en los últimos meses. El desempleo se acerca ya al 11% y amenaza con seguir aumentando.

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