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Seguridad y rentabilidad

Mis ahorros, ¿en depósitos o cuentas remuneradas?

Ahora que las entidades necesitan más pasivo que nunca, se lanzan a la comercialización de estos productos con condiciones muy atractivas.

Ahora que las entidades necesitan más pasivo que nunca, se lanzan a la comercialización de estos productos con condiciones muy atractivas.

Depósitos y cuentas remuneradas son los dos productos más elegidos por los ahorradores más conservadores. Su seguridad y buena rentabilidad son sus puntos fuertes. Por eso, ahora que las entidades necesitan más pasivo que nunca, se lanzan a la comercialización de estos productos con condiciones y remuneraciones muy atractivas. Pero, ¿cuál de los dos conviene más al cliente?

Los dos son productos muy similares pero, dependiendo de lo que necesite el cliente, puede ser más interesante uno u otro. Por un lado, las cuentas remuneradas son las más aconsejables a la hora de sacar partido a un importe de poco valor. Abrir una cuenta remunerada es ideal cuando se desea obtener una buena rentabilidad por ahorros, en el entorno de los 5.000 euros, al mismo tiempo que se dispone de ellos en cualquier momento sin ningún tipo de penalización.

La ventaja de las cuentas remuneradas es que también pueden utilizarse como ahorro para la compra de un bien de mayor valor, como un coche, y también como cuenta vivienda. En este caso, tendríamos que utilizar los fondos de esta cuenta antes del 31 de diciembre, para podernos beneficiar de la deducción por vivienda habitual, que desaparecerá el próximo 1 de enero de 2013.

Una de las desventajas de las cuentas remuneradas frente a los depósitos es que su remuneración es algo más baja. La remuneración más alta en las cuentas remuneradas está sobre el 4% durante los primeros cuatro meses, para luego bajar según lo que ofrezca la entidad, aunque rara vez supera el 1,5% de rentabilidad mensual.

Mientras tanto, los depósitos a corto plazo, entre uno y seis meses, ya ofrecen intereses del 4 por ciento. Y una vez que termina el plazo, siempre podemos llevarnos nuestros ahorros a otra entidad. Los trámites son sencillos y el traspaso de dinero de una entidad a otra se realiza sin coste para el cliente.

Visto así, parece que los depósitos a plazo fijo son más rentables para el cliente que las cuentas remuneradas (siempre pensando en alguien que desee recuperar su dinero en un plazo máximo de seis meses). ¿Existe algún caso en el que debamos de pensarnos contratar una cuenta remunerada en vez de un depósito bancario?

  • Si existe un coste para el usuario. Es decir, si para conseguir una mejor remuneración que en una cuenta remunerada, que no suele tener comisiones de ningún tipo, debemos contratar un depósito bancario cuya cuenta corriente asociada sí tenga algún coste.
  • Si tenemos dificultad para recuperar nuestro dinero porque la entidad nos exige una permanencia mayor a la que estamos dispuestos a aceptar.
  • Si para contratar un depósito, la entidad nos obliga a vincularnos con otros productos de su catálogo. Nunca compensará si las comisiones superan la rentabilidad obtenida.
  • Si no se trata de un depósito bancario con rentabilidad garantizada, sino que su rentabilidad depende de un índice o de acciones en Bolsa de una determinada compañía. ¿Nos conviene arriesgarnos? Si no sabemos cómo funcionan las acciones, si tenemos algún tipo de incertidumbre acerca de las posibles pérdidas que pueda suponer para nuestro dinero, lo mejor es no contratarlo y escoger un depósito con interés asegurado.
  • Si el interés prometido en el folleto del depósito no es explicado correctamente por parte de la entidad y finalmente es inferior al que ofrece una cuenta remunerada. Hay que tener en cuenta que el interés aplicado sobre el TAE anual de los depósitos con plazos a seis meses sólo se cobra la mitad del prometido. Es importante preguntar no sólo por el TAE, sino también por el TIN, que es, a fin de cuentas, el interés real que percibiremos.

Pinche para analizar los depósitos y cuentas más rentables

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