No sólo encontrar el seguro de coche con el mejor precio y mejor servicio puede resultarnos difícil. Lo que todavía puede complicarse más es "descifrar" el contrato de nuestro seguro.
Hay determinadas cláusulas cuya redacción es complicada para cualquier cliente, la descripción no es clara y, en muchos casos, tendremos que echar mano de la interpretación de los términos de los contratos para poder saber qué nos están queriendo decir.
Las cláusulas de los contratos son más bien esquivas y provocan incertidumbre al tomador del seguro. Tenemos la mala costumbre de firmar los contratos sin haber revisado una por una sus cláusulas. Son muchas las razones que nos llevan a este comportamiento: páginas tediosas de leer, un lenguaje que no invita a la interpretación y palabras técnicas cuya ignorancia de su significado no nos da pie a la discusión, entonces,... ¿para qué molestarse en leer el contrato? Craso error.
Cuando consultemos el contrato, será tarde, generalmente en el momento de la ejecución del mismo, es decir, cuando tengamos un siniestro y nos surjan dudas acerca de cómo realizar el parte, de las coberturas incluidas o de sus exclusiones. Estos son algunos aspectos en los que debemos fijarnos antes de firmar cualquier contrato con la compañía aseguradora:
• Las características del conductor deben estar bien definidas en el contrato ya que no sólo las especificaciones del vehículo repercuten en el coste de la prima del seguro. En torno a esto, existen ciertos matices en los que debemos de fijarnos. Las figuras son diferentes y debemos dejárselo claro a la compañía: por un lado puede estar el propietario del vehículo, el tomador o el que paga el seguro y el conductor final. Estas tres figuras pueden ser diferentes, en ese caso, los datos de cada una deben estar reflejados en el contrato.
• Los datos deben identificar a la perfección nuestro vehículo: marca, modelo, versión, motor y el resto de especificaciones técnicas. Por último, deben incluir la matrícula o número de bastidor del coche. Esto nos asegurará que, en caso de siniestro total, la compañía nos asegurará conforme al vehículo asegurado y no a otro modelo de la marca del coche.
• Estudia las coberturas del seguro. No hay un tipo de contrato específico para un seguro a todo riesgo u otro a terceros, sino que las coberturas se van sumando al contrato en diferentes cláusulas, en función de lo que haya contratado el asegurado. Así nos encontraremos con la cobertura básica de responsabilidad civil, asistencia en viaje, defensa jurídica, robo, incendio, lunas, vehículo de sustitución, defensa de multas, grandes daños o daños del conductor.
Para estas coberturas, lo que debemos hacer es consultar la letra pequeña, para saber cómo se abonará el dinero en caso de siniestro, por cuánto tiempo disfrutaremos del vehículo de sustitución o si los servicios del abogado serán de la compañía o podremos utilizar los servicios de un abogado independiente.
• En las Condiciones Particulares se establecerá la fecha de entrada en vigor y finalización del seguro (necesaria para una renovación o para contratar con otra compañía).
• Otro tema espinoso es el referente a quiénes son los beneficiaros del seguro en caso de accidente. El asegurado será el primero en recibir cualquier indemnización, pero en caso de fallecimiento o incapacidad, los beneficiaros pasarán a ser los herederos legales: cónyuge, hijos, padres o, finalmente, lo que dictamine la ley.
• Cualquier otro aspecto adicional al contrato tendrá cabida en las cláusulas adicionales. Este apartado será muy valioso para aclarar cualquier concepto de las Condiciones Generales, se especificarán las distintas modificaciones o artículos adicionales al contrato.
Tan importante es, por tanto, comparar los seguros de coche como analizar la letra pequeña e, incluso, solicitar la opinión de otros usuarios o expertos en la materia. El precio no lo es todo en un seguro, por mucho que nos digan los anuncios de TV.
Pinche para seleccionar un buen seguro de coche
