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Juan Velarde

Nota adicional sobre la rentas de situación

No reaccionar en España ante los nuevos tiempos y las nuevas posibilidades sería un crasísimo error.

¿Qué es lo que ha ocurrido para que se amplíen las instalaciones de Ford en Valencia? Lo ocurrido con Renault en Valladolid y, sobre todo, en Palencia, ¿se debe únicamente, como por ejemplo señalaba Les Echos –primero el pasado día 12 y después el 22–, a que se ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos, por el cual los asalariados han aceptado prolongar la duración del trabajo de uno a tres días por año, que se bloqueen las alzas salariales a la mitad del índice de coste de la vida y que se cree una nueva parrilla para los salarios iniciales de contratación, que así quedarán en el 72’5% del salario de un obrero cualificado?

¿Por qué esa mayor significación del sector automovilístico en España?

En el mundo empresarial relacionado con ciertas producciones fácilmente exportables, por supuesto que las ventajas obtenidas en las negociaciones con los sindicatos tienen su parcela, pero sobre todo hay que tener en cuenta el que España haya pasado a tener otra renta de situación que, por sí misma, afecta a la competitividad. Y es que está rodeada por el tráfico que existe entre un amplio conjunto de países del Extremo Oriente –China y la India en cabeza, pero no son los únicos– y la rica Europa del Norte. Esta renta de situación, con posibilidades de mejora paulatina, hacia el Pacífico-Índico y el Mar del Norte, es contemplada como muy interesante por los empresarios más avisados.

Todo esto tiene consecuencias sobre otros sectores industriales. Cuando, por ejemplo, una producción siderúrgica pasa a no tener interés para el sector del automóvil, la crisis en la misma es evidente. Es lo que ahora mismo sucede con las instalaciones en Lorena de Arcelor Mittal. ¿Es lo que ha producido que el ministro Montebourg haya hablado, según Les Echos (26 de noviembre), de "la violencia y la brutalidad de Mittal"?

Son éstos momentos en los que los movimientos estratégicos de las grandes industrias –y hemos citado a Ford, a Renault, a Arcelor Mittal– pasan a tener una importancia enorme. Esta puede ser facilitada, o dificultada, por medidas concretas de política económica, sin olvidar las respectivas rentas de situación. No reaccionar en España ante los nuevos tiempos y las nuevas posibilidades sería un crasísimo error.

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