Carlos García García es un español de 68 años que emigró a Venezuela cuando era un adolescente. De ahí se fue a vivir a Ecuador y en 2002, debido a que a su hijo pequeño le diagnosticaron una enfermedad muy complicada, volvió a España y decidió asentarse aquí con su familia.
Carlos y su esposa lo tenían claro. Si se quedaban en España querían montar su propio negocio. A finales de 2002, el matrimonio se convirtió en propietario de una de las franquicias de papelerías Carlin y la crisis económica no sólo no ha conseguido deteriorar su negocio sino que les ha llevado a abrir dos tiendas más en Madrid. Carlin es una cadena de franquicias que ofrece material de papelería, oficina e informática combinando la venta en hiperpapelerías y por catálogo. Actualmente, cuenta con casi 500 establecimientos y con unos precios de los más competitivos del mercado.
Pregunta (P): ¿Por qué decides embarcarte en el negocio de la papelería?
Respuesta (R): Fue mi mujer la que me convenció. Ninguno de los dos tenía experiencia en el sector, pero no es una actividad muy complicada. Tienes que saber que el mayor nivel de ventas es en septiembre con la 'vuelta al cole' y que el verano es la época más baja. En diciembre también hay un poco más de actividad porque nosotros ofrecemos productos de regalo. Si tienes claro que hay que comprar mucho en verano para vender en septiembre y que en noviembre te van a venir los pagos más fuertes del año, no vas a tener problemas para salir adelante.
P: Abres otras dos papelerías Carlin en plena crisis económica. ¿Era el momento más acertado?
R: Sin duda creo que era el mejor momento, aunque cualquiera podría pensar que no. Hace año y medio abrí una en Pozuelo y hace 3 meses otra en la zona del Bernabéu. Con la crisis, las ventas en nuestro primer local, en el Paseo de las Delicias, empezaron a caer y cuando vienen estos ciclos o creces y te reinventas o te achicas. Nosotros decidimos crecer.
P: ¿Así que supiste sacarle partido a la crisis?
R: Totalmente. En la actualidad, un emprendedor lo tiene todo a su favor para montar su negocio: los alquileres son muy accesibles, puedes negociar el precio con el propietario; la mano de obra es más barata, hace 4 años un empleado aquí ganaba más de 2.000 euros, hoy por 1.100 consigues uno tan bueno o mejor que el que tenías antes; y también los proveedores flexibilizan los precios y los plazos de pago.
Además, ahora centralizo las compras de las tres tiendas en una y eso significa que me hacen ofertas y descuentos. Yo recomiendo a quien esté pensando montar un negocio que lo haga ya. Nunca se van a encontrar costes de inversión tan bajos como en 2012-2013.
P: ¿Piensas abrir más papelerías en Madrid?
R: De momento una más para 2013. El año que viene como te digo es mejor año para invertir. Si no inviertes ahora, en cuatro años todo te va a costar el doble porque de esta crisis vamos a salir y ya estamos a punto.
P: ¿Cuáles son los recursos económicos que se necesitan para montar una tienda como ésta?
R: La primera inversión sería de unos 70.000 euros (entre canon de adhesión a Carlín, acondicionar la tienda con su enseña, el inventario y el alquiler) para una tienda de 80-90 metros cuadrados ubicada en una zona clave estratégicamente.
P: ¿Has tenido problemas para financiarte desde que estás en España?
R: Jamás. Ningún banco me ha negado nunca un crédito. Voy a abrir la otra tienda y tendré que volver a acudir a ellos. Si tienes algo de liquidez, los bancos te lo ofrecen. Es mentira que los bancos no dan créditos, lo que pasa es que ahora miran mucho más a quién se lo dan.
P: ¿Por qué te decidiste por la franquicia como modelo de negocio?
R: Porque no tenía experiencia en el sector y en poco tiempo me permitió especializarme. Si hubiese querido abrir una tienda por mi cuenta necesitaría haber tenido a mi lado a un socio con experiencia. Además, Carlin nos beneficia en todo. Ha logrado acuerdos con los proveedores de mercancías que nos hacen tener unos precios muy competitivos.
P: Desde tu punto de vista, ¿cuál es el panorama del emprendimiento en España?
R: Yo digo que la España de hoy, con todo lo mal que está, ha aprendido mucho de la crisis y está preparada para dar pasos importantes. Antes había un conformismo generalizado en la población. Los españoles no tenían interés en montar sus propias empresas porque era como si el dinero les cayese del maná, y los que querían ser emprendedores pensaban que iban a ser millonarios en tres años. Ahora, para muchos el emprendimiento es la única opción y, aunque quizá a la fuerza, las cosas están cambiando.