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Las ventajas que se esconden tras el desplome de Bankia en Bolsa

Los títulos de Bankia valdrán casi cero. Esto ofrece una oportunidad a los accionistas y favorece a los titulares de preferentes y bonos subordinados.

Los títulos de Bankia valdrán casi cero. Esto ofrece una oportunidad a los accionistas y favorece a los titulares de preferentes y bonos subordinados.

Bankia ha sufrido este jueves una jornada de fuerte tensión en Bolsa tras conocerse que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) pretende valorar la acción de la entidad en 0,01 euros (un céntimo), lo cual supondría que los actuales accionistas perderían casi todo lo invertido. A primera hora de la mañana, la CNMV suspendió la cotización de Bankia, que cerró con una caída del 12% tras su vuelta al parqué.

Aunque el FROB aseguró en un comunicado que la "valoración oficial" de Bankia no está concluida -tiene de plazo hasta el 31 de marzo-, avanzó que la entrada del Estado en el capital de la entidad se producirá tras una "importante" reducción del nominal de las acciones para absorber pérdidas, lo cual supondrá "una significativa dilución de los accionistas".

Sin embargo, la fuerte rebaja que aplicará el FROB a los títulos de Bankia, lejos de ser la evidencia de una patología terminal, minimiza las pérdidas para el contribuyente, ofrece una ventana de oportunidad a sus actuales accionistas y, sobre todo, beneficia a los titulares de preferentes y bonos subordinados. Además, en todo caso, la entrada del Estado garantiza su solvencia y marca un punto de inflexión. Partiendo de cero, los nuevos gestores, comandados por José Ignacio Goirigolzarri, podrán dirigir la entidad, hoy estatalizada hacia un futuro más halagüeño y próspero, tal y como prevé su plan estratégico.

La clave de toda la operación consiste en que Bankia siga cotizando en Bolsa, aunque sea a un valor mínimo. De este modo, el actual accionista no lo perderá todo, al tiempo que sus preferentistas y bonistas gozarán de mayor liquidez para vender sus nuevas acciones, si así lo desean, con la ventaja de que un fuerte recorte hoy sobre la valoración de Bankia (hasta un céntimo) intensificará su posible revalorización mañana.

La recapitalización de Bankia

En primer lugar, la entrada del Estado en el capital de BFA-Bankia, con dinero procedente del rescate europeo, garantiza su solvencia. El grupo estaba técnicamente quebrado el pasado año, tras aflorar un agujero contable de 10.444 millones y un valor patrimonial negativo en Bankia (la filial cotizada, en la que BFA posee el 48%) de 4.148 millones.

Pero el FROB acudió en su auxilio mediante una inyección directa próxima a los 18.000 millones de euros y la posterior suscripción de 10.700 millones en obligaciones convertibles (Cocos) por parte de BFA (participada al 100% por el FROB) en Bankia. Lo que se discute ahora es a qué precio por acción entrará el FROB en el capital del banco, mediante la conversión de los citados Cocos en acciones ordinarias.

En este sentido, cabe recordar que el agujero de Bankia (4.148 millones) sumado a las abultadas pérdidas que registrará en 2012 tras limpiar su balance de activos tóxicos son las dos variables a tener en cuenta para determinar el valor de las actuales acciones de la entidad. Hay pocas dudas al respecto: su precio real es cero, ya que el capital suscrito por sus accionistas no alcanza para cubrir sus cuantiosas pérdidas.

Sin embargo, la opción escogida es que Bankia siga cotizando en Bolsa a un precio mínimo, tras una importante rebaja de su valor nominal, para que los accionistas puedan recuperar parte de su inversión en el futuro y para favorecer a preferentistas y bonistas, cuyos títulos se canjearán por nuevas acciones tras aplicarles una quita del 40%.

¿En qué consiste el canje?

Entre las condiciones impuestas por Bruselas para conceder el famoso rescate bancario a España -próximo a 39.000 millones de euros-, se incluía la exigencia de que los accionistas, como es lógico, fueran los primeros en asumir el coste de la recapitalización, seguidos de los titulares de preferentes y deuda subordinada, para minimizar así la factura que tendrá que abonar el contribuyente. Cuanto más dinero pierdan los actuales accionistas de las entidades nacionalizadas y sus acreedores (preferentistas y bonistas) menos dinero público habrá que inyectar. En este sentido, Bruselas apostó por una opción intermedia, repartiendo los costes del rescate bancario entre los propietarios, parte de sus acreedores (a excepción de la deuda senior) y contribuyentes.

Así pues, el rescate supondrá diluir de forma "significativa" el valor de las actuales acciones para dar entrada en su capital al Estado -mediante la conversión de los Cocos- y a sus preferentistas y bonistas -canjeando el 60% de sus títulos por nuevas acciones-. La operación, conocida en el argot financiero como acordeón, se divide en tres fases:

  1. El capital actual de Bankia quedará reducido desde los actuales 4.000 millones de euros a prácticamente cero (apenas 20 millones si el precio se fija en un céntimo por acción) para absorber parte de las pérdidas acumuladas contra recursos propios. De este modo, los cerca de 350.000 accionistas que acudieron a la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011, a un precio de 3,75 euros por acción, perderán casi toda su inversión.
  1. Después, el FROB convertirá sus Cocos, por valor de 10.700 millones de euros, en nuevas acciones ordinarias de la entidad, convirtiéndose así en el accionista mayoritario de Bankia.
  1. Por último, las participaciones preferentes y la deuda subordinada (unos 6.500 millones de euros) también se canjearán por acciones nuevas, tras aplicarles un descuento del 40%.

Así pues, al final de todo el proceso, Bankia contará con un capital de 15.500 millones de euros y un balance limpio, lo cual garantiza su solvencia. El Estado, a través del FROB, poseerá el 73% de las acciones (casi 11.000 millones), preferentistas y bonistas cerca del 27% (unos 4.000 millones), mientras que los actuales accionistas tan sólo mantendrán una participación simbólica.

Las cinco ventajas de seguir cotizando

Las ventajas de que Bankia siga cotizando en Bolsa son diversas. Por un lado, los actuales accionistas, si bien son los más perjudicados, no perderán toda su inversión. De hecho, el fuerte recorte en la valoración permitirá que, en todo caso, ésta tienda a subir conforme la entidad genere beneficios en el futuro, con lo que podrán recuperar, a medio y largo plazo, parte del dinero perdido tras la dilución.

Asimismo, permanecer en el mercado permitirá a la entidad proporcionar un mayor grado de liquidez a los actuales tenedores de preferentes y bonos subordinados. Estos 80.000 nuevos accionistas pasarán a poseer casi un tercio de Bankia, una entidad saneada y con potencial de crecimiento si se cumple el plan estratégico de Goirigolzarri.

Por último, la dilución de acciones y la quita del 40% aplicada a parte de sus acreedores servirán para reducir la factura del rescate a las arcas públicas y, por tanto, al contribuyente. Al mismo tiempo, la operación de canje, por la cual el Estado se convertirá en principal accionista, garantiza la solvencia y viabilidad de la entidad.

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