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Prohíben manifestaciones en la T4 por ser una "infraestructura crítica"

Cristina Cifuentes ha instado a los convocantes a que todas las protestas se realicen ante la sede social de Iberia.

La Delegación del Gobierno en Madrid ha denegado a los sindicatos concentrarse los días 4, 6 y 8 de marzo en la zona de facturación de la segunda planta de la T-4 del aeropuerto de Barajas, así como una manifestación el lunes que terminaba en la misma terminal, y ha instado a los convocantes a que todas las protestas se realicen ante la sede social de Iberia.

El Comité de Empresa de Iberia Operadora había solicitado al departamento que dirige Cristina Cifuentes realizar varias concentraciones, a las que esperaban que participasen 8.000 personas, en la T-4 para acordar un plan que garantice la viabilidad futura de la empresa y contra los "ajustes de plantilla traumático".

La Delegación prohíbe este lugar de protesta tras los informes de la Dirección del aeropuerto, que ponen de manifiesto que, "además de las alteraciones de orden público que la invasión de la Terminal 4 han ocasionado en las recientes manifestaciones y concentraciones, han existido otros riesgos para la seguridad de las personas".

Concretamente, aseguran que además de las molestias ocasionadas a los pasajeros, "existieron otros riesgos para la seguridad de las personas" y entre ellos indican que los manifestantes anduvieron circulando por las instalaciones y "en caso de tumulto durante la intervención disuasoria de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrían producirse caídas desde alturas importantes y peligrosas".

La Dirección del aeropuerto señala que están revisando la resistencia de los puentes y las mamparas de protección contra caídas pero "es necesario evitar situaciones como las producidas el 18 de febrero para no lamentar daños personales".

Además, el informe de la Comandancia de la Guardia Civil desaconseja la celebración de manifestaciones y concentraciones en la T-4, "dado el carácter de infraestructura crítica del Aeropuerto de Barajas" contemplado en el Catálogo Nacional de Infraestructuras Estratégicas.

Esto implica que su "destrucción o interrupción puede provocar graves daños a la vida o la salud de la población, una grave contaminación medioambiental o un muy grave desabastecimiento o interrupción de la actividad económica e institucional, o bien cuando su funcionamiento es indispensable y no permite soluciones alternativas". La Delegación trata así de evitar que la actividad del aeropuerto de Madrid-Barajas se vea destruida o interrumpida.

Según otro informe de la Benemérita, las recientes movilizaciones han generado "situaciones de riesgo que han incrementado la vulnerabilidad del aeropuerto y las personas que en él se encuentran ante ataques deliberados o situaciones accidentales". "El hecho de que no se hayan producido no elimina esta amenaza", añaden.

En este sentido, el Instituto Armado asegura que el servicio de seguridad aérea "se ha visto repetidamente alterado, muy especialmente en los filtros de seguridad, generando una situación de riesgo para los pasajeros y trabajadores del aeropuerto, para los propios manifestantes y para las infraestructuras y recursos aéreos".

Además, apuntan que se produjeron "amagos de entrada descontrolada a través de los filtros de seguridad y otros puntos de acceso". Según la normativa vigente sobre seguridad aérea, eso obliga a paralizar todas las operaciones del aeropuerto y esterilizar las distintas zonas hasta tener la seguridad de que se ha identificado y expulsado a los intrusos y reconocido las zonas por las que hayan pasado en busca de posibles artefactos.

Además, otro informe de la Policía Nacional también desaconseja que se realicen concentraciones en la T-4 por los "diversos incidentes que se produjeron" la semana pasada. La Policía señala que en la manifestación del día 18 vehículos de trabajadores de Iberia trataron de colapsar los acceso a la vía de salidas de la T-4, "circulando a velocidades muy inferiores a las permitidas, entorpeciendo la normal afluencia de pasajeros que trataban de acceder al aeropuerto en sus propios coches".

La Policía reconoce que un grupo de exaltados desbordó el doble cordón policial fue sobrepasado "a base de empujones y carreras". En estos hechos hubo tres policías lesionados leves. Además, apuntan a que los días 19, 20 y 21 de febrero hubo concentraciones en el interior de la terminal 4 sin comunicación previa a la Delegación de Gobierno y que en la convocada el día 22 "se volvió a incumplir los términos de la resolución de la Delegación del Gobierno".

El informe policial señala también que en la T-4 hay unas barandillas "que no reúnen los requisitos más elementales ante grandes concentraciones de personas", ya que se pueden generar caídas por los vanos interiores con alturas superiores a los 20 metros.

El estudio policial resalta también que la infraestructura aeroportuaria de la Terminal 4 está fabricada principalmente con vidrio y madera, y no se conoce el efecto que puede causar sobre la misma 5.000 o más personas saltando a la vez en su interior, "como ha venido sucediendo principalmente en los días 18 y 22 de febrero, conllevando un serio peligro de seguridad tanto para las personas como para los bienes".

Por todo ello, el departamento que dirige Cristina Cifuentes modifica el lugar de las concentraciones y lo fija en la zona peatonal de los números pares de la calle Velázquez y en tres carriles de circulación más próximos a la misma, a la altura del número 130, en la sede social de la empresa Iberia de Madrid, dejando libres el resto de los carriles de circulación. Además, modifica los horarios y el lunes de 12.30 a 15.30 y el miércoles y viernes de 11 a 14 horas.

Respecto a la manifestación, solicitada por UGT para el lunes desde la carretera de La Muñoza hasta la T-4, la Delegación utiliza los mismos informes y argumentos dados anteriormente y sustituye dicha marcha por una concentración de 8 a 12 horas también en la sede social de la empresa Iberia, en la calle Velázquez.

 

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