Menú
Seguridad en nuestra red local

DHCP: de IP públicas y privadas trata el tema

Para navegar por internet necesitamos una dirección IP pública, pero dentro de nuestra casa, cada ordenador también necesita una privada.

Para navegar por internet necesitamos una dirección IP pública, pero dentro de nuestra casa, cada ordenador también necesita una privada.

El concepto de DHCP es otro de los términos que se encuentran de forma cercana a cualquier cliente de una línea ADSL o de cable, aunque no seamos conscientes de ello.

La sigla DHCP corresponde a Dynamic Host Configuration Protocol, es decir, Protocolo de Configuración Dinámica de Host. Sí, estamos ante otro de esos protocolos que no vemos cómo funcionan ni falta nos hace hacerlo, pero sí es interesante saber para qué se utiliza, y en realidad este protocolo se utiliza, y mucho.

El protocolo que nos facilita la configuración de red

Todo hogar con conexión a internet dispone de un router, colocado ahí por el proveedor que hayamos elegido. La función principal del router es darnos conexión con el exterior para unirnos a la red de redes, pero realiza otras muchas más.

Para poder navegar por Internet necesitamos una dirección IP pública, la cual nos identifica en la red. Pero dentro de nuestra casa, cada ordenador y dispositivo con conexión a Internet también necesita una IP privada para conectarse a nuestro router. ¿Cómo les podemos dar esta IP privada?

Bueno, pues no hace falta que se la demos, dejemos que sea el router quien trabaje por nosotros. Normalmente, en la configuración por defecto de los routers, está activado el servidor DHCP que cada uno de ellos incluye.

Este servidor DHCP se encarga de asignar una IP privada a cada uno de los dispositivos que se encuentren en la red local de nuestra casa. Para ello, estos tienen que tener activada la opción precisa para recibir su IP de forma dinámica, es decir, que la reciba de forma automática desde el router.

De esta forma se gana comodidad a la hora de configurar la conexión a internet de nuestros equipos, pero, por el lado malo, se pierde algo de seguridad. La razón es que, al permitir que el router asigne la IP privada de forma indiscriminada (ya que este no hace ningún tipo de comprobación por saber si el ordenador es nuestro), se facilita el acceso a nuestra red a personas ajenas a ella, asignando una IP sin que nosotros lo sepamos.

Pero existen diversas maneras para controlar este comportamiento y aumentar la seguridad de nuestra red local, aun teniendo activado el DHCP. Una de estas maneras es activar el filtrado de MAC, el cual hemos mencionado anteriormente, y que filtra las conexiones con nuestro router basándose en un código único que posee cada dispositivo de nuestro hogar con capacidad de conexión a internet.

Otra forma es controlar la asignación de las IPs privadas, indicando en nuestro router un rango específico de las mismas. Así por ejemplo, si deseamos que sólo se conecten tres equipos a nuestra red (dos ordenadores y un móvil), indicaríamos un rango que fuera desde la IP 192.168.1.2 a la 192.168.1.4. No es una solución infalible pero sí útil.

Por último, siempre tenemos la opción de desactivar el servidor DHCP de nuestro router, con el consecuente tedio de tener que asignar manualmente a cada equipo su IP privada, la cual recordemos, no se puede repetir, así que hay que tener memoria (o una lista) en el caso de que sean muchos los dispositivos que tengamos en casa.

Click en la tabla para encontrar la mejor oferta de ADSL

En Libre Mercado

    0
    comentarios