Londres se transforma. Ya ha comenzado oficialmente la remodelación de la central eléctrica de Battersea 30 años después de su clausura. Este emblemático edificio se conservará y será el centro neurálgico de Nine Elms, el mayor proyecto inmobiliario de Europa.
Nine Elms se extenderá en un espacio de 195 hectáreas al sur de río Támesis entre los puentes de Chelsea y Lambeth. La zona está situada muy cerca de lugares estratégicos como las casas del Parlamento, Sloane Square, Tate Britain, Westminster o el parque de Battersea.
El potencial de este espacio ha atraído a un gran número de inversores privados que van a convertir a Nine Elms en un nuevo distrito residencial y de negocios que nada tenga que envidiar a sus vecinos del centro de Londres en niveles de población y empleo.
Los inversores creen que Nine Elms "será un lugar fantástico para vivir, un distrito de negocios muy importante a nivel internacional y un nuevo centro para las artes y la cultura en Londres". El proyecto pretende levantar la friolera de 16.000 nuevas viviendas y su construcción dará empleo a 25.000 personas.
Nine Elms, cuya construcción supondrá una inversión de más 10.000 millones de euros, contará con dos nuevas paradas de metro (Battersea y Nine Elms), un gran parque, edificios modernos, varias zonas verdes, un puente peatonal que cruce el Támesis, plazas, aceras, carriles bici, pistas deportivas, zonas comerciales, escuelas y centros de salud.
La embajada de los EEUU ya ha anunciado que se mudará al nuevo barrio en 2017, lo que ha influido aún más en el atractivo del distrito. Los responsables del proyecto no dudan en que convertirán Vauxhall "en el próspero barrio que era en el siglo XIX y no en el área abandonada y despoblada que es ahora".
La central de Battersea
La central de Battersea son en realidad dos centrales térmicas de carbón: la primera se puso en marcha en 1933 y la segunda en 1953. Dejó de producir electricidad en 1983 y desde entonces se ha intentado convertirlo en parque de atracciones (1986), una mezcla de oficinas, tiendas y hotel (1990), un centro comercial (1997) y hasta un nuevo estadio para el Chelsea (2008). Ninguna de estas propuestas llegó a salir adelante, pese a que algunas de ellas comenzaron las obras.
El edificio se ha convertido en icono por su reconocible figura y su enorme tamaño y buena localización, que hace casi imposible no verlo en una visita a Londres, además de por su uso en la cultura popular británica, sobre todo por ser la portada del disco de Pink Floyd Animals, publicado en 1977.