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Báñez no elimina ni uno solo de los 41 contratos vigentes

La ministra habla de reducir "modalidades" pero los empresarios seguirán teniendo que escoger entre la maraña de tipos existentes en la actualidad.

El Gobierno no eliminará ni uno solo de los contratos vigentes en la actualidad. Todos los tipos existentes seguirán en vigor. Es decir, las 41 modalidades que el ministerio reconoce (algunos expertos hablan de más de 80, contando excepciones y especialidades) estarán a disposición de los empresarios dentro de unos meses. Exactamente igual que ahora.

Y entonces, ¿en qué consiste el cambio anunciado por Fátima Báñez este jueves? Pues la ministra ha hablado de "pasar de 41 formularios a 5 modelos de trabajo". Es decir, el cambio es puramente administrativo. Se simplifica la tarea de los departamentos de recursos humanos. Será más sencillo escoger qué contrato hacer para un nuevo trabajador.

La reforma no va más allá. Se puede discutir la terminología: "modalidades", "tipos", "modelos",... Pero en el fondo de la cuestión, el número de tipos de contratos legales, no hay modificaciones. Cuando un empresario tenga que incorporar a un nuevo trabajador a su plantilla tendrá que decidir si quiere que sea a través del contrato del "programa de fomento del empleo", del "indefinido", del "indefinido de apoyo a los emprendedores"... Y así hasta 41. Todas esas opciones seguirán encima de su mesa.

La 'bomba'

Lo cierto es que el anuncio de Báñez en la Comisión de Empleo del Congreso ha caído como una bomba. La ministra ha afirmado que "el Gobierno está trabajando en la simplificación de los modelos de contratos" y ha apuntado que "se pasará de los 41 formularios existentes en la actualidad a cinco".

Todo el mundo ha pensado que eso quería decir que el Gobierno iba a escuchar a aquellos que le exigían desde hace meses que pusiera orden en el caso legislativo español y redujese las modalidades o tipos o modelos (o como cada uno prefiera llamarlos) de contratación. Pero no. Báñez no se ha puesto en camino hacia la simplificación real, de fondo, de la normativa.

Puede parecer un juego de palabras, pero tiene mucha importancia. Ahora mismo, cuando un empresario tiene que fichar a un nuevo empleado, tiene muchas alternativas a su disposición. La ministra ha dicho este jueves que hay 41 "modalidades", pero los expertos incluso hablan de más. Cogiendo todas las excepciones, bonificaciones y sub-tipos, podemos llegar a tener más de 80 formas diferentes de contratación. Evidentemente, esto es un auténtico caos para cualquier compañía, especialmente las pymes, que no pueden disponer de grandes departamentos de recursos humanos.

De hecho, es suficiente con echarle un vistazo a la página web principal de Ministerio de Empleo sobre esta materia para imaginarse las complicaciones que existen en España para contratar a alguien. Parece el mundo al revés, con un 26% de tasa de paro no sólo no se ayuda al empresario, sino que se le ponen trabas.

De 41 a 5

Lo que cambiará a partir de ahora es que ya no habrá 41 formularios. Sólo habrá 5. Eso sí, en esos cinco grandes modelos, estarán incluidos los 41 existentes en la actualidad. Cambia la forma, pero no el fondo.

Por ejemplo, el empresario que ahora quiere cubrir un puesto indefinido tiene varios formularios a su disposición: contrato indefinido, contrato indefinido fijos-discontinuos, contrato de trabajo por tiempo indefinido de apoyo a los emprendedores,... No es fácil que sepa qué implica cada uno de ellos y si tiene derecho o no a las ayudas que implican.

A partir de ahora (Báñez ha asegurado que esta reforma será efectiva de forma inminente), sólo habrá cinco formularios: indefinido, temporal, de relevo, de prácticas y de formación. Eso sí, dentro de cada uno, seguirán plenamente vigentes las sub-modalidades actuales.

Es decir, para rellenar el formulario de contratos indefinidos habrá que escoger primero entre alguna de las opciones reseñadas anteriormente. Probablemente habrá que marcar una casilla, para decir si se opra por el indefinido normal o el de apoyo a aprendedores, etc..

Por lo tanto, la decisión final del empresario ("¿Qué contrato hago?") será la misma que hasta ahora. Hay que reconocer que lo tendrá algo más sencillo, porque con un sólo formulario tendrá agrupadas muchas modalidades e información detallada sobre qué ventajas tiene cada una de ellas. Probablemente las pymes lo agradecerán. En el Ministerio creen que en estos momentos muchas compañías pequeñas acaban tirando del contrato temporal porque es lo más sencillo y no quieren complicarse la vida con los vericuetos administrativos. En su opinión, en estos casos, la simplificación de los formularios podría ayudar a la reducción de la temporalidad.

Bonificaciones y contrato único

Del mismo modo, se mantienen todas las bonificaciones existentes en la actualidad. En España, se han multiplicado en los últimos años los incentivos a la contratación. Esto no ha generado más empleo, como es evidente, pero los sucesivos gobiernos no se han dado por enterados.

Políticamente es muy goloso anunciar un plan contra el paro juvenil, dotado de 1.000 millones, para las empresas que contraten a menores de 30 años. Pero la mayoría de los estudios apuntan a que estas ayudas no incrementan el empleo neto. Como máximo, lo que hacen es cambiar la decisión de un trabajador (quizás más productivo) a otro, porque contratando a este último la empresa se beneficia de la bonificación correspondiente. Al igual que con los contratos, se mantienen todas las vigentes, pero se reunificarán en un único texto, para que los empresarios las conozcan y puedan hacer uso de ellas más fácilmente.

Por último, hay que apuntar a que nada de lo anunciado este jueves avanza en el camino del contrato único. No todos los que han propuesto esta alternativa (desde Fedea, al FMI, pasando por el Banco de España o la Comisión Europea) tienen exactamente la misma idea en la cabeza. En lo que sí coinciden, es en que hay que reducir drásticamente las modalidades de contratación. Ni siquiera es necesario que sea "único", bastaría con crear 3-4 grandes grupos, con un indefinido que sería el que por defecto se firmaría, con excepciones para prácticas, temporales reales o interinidad.

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